Archivo de la categoría ‘Reseñas’

‘Transformers: Dark of the Moon’ es posiblemente la película más esperada de la temporada, final de la trilogía comenzada por Michael Bay y Steven Spielberg. Los robots gigantes se despiden a lo grande en un despliegue de efectos especiales aún más impresionante que el de su predecesora, lo cual era difícil, y con unas batallas entre robots aún más salvajes que en las anteriores, lo cual parecía imposible.

Sin embargo, tantos fuegos artificiales encubren una historia cogida con pinzas. ¿De verdad nos vamos a creer que se le ha ocultado algo al Sector 7, la agencia que poseía TODA la información sobre los transformers? ¡Venga ya! Ya desde el primer teaser me mosqueaba lo que insinuaban, y la confirmación al inicio de la película no ha sido un buen comienzo. Quizá esa sea la cagada más gorda de la película, que a partir de este planteamiento se encauza bastante bien hasta aproximadamente la mitad del filme, cuando volvemos a encontrar un poco de inconsistencia en las rivalidades en las filas Decepticon y cambios de actitud y humor en algunos personajes que son dignos de un síndrome premenstrual agudo.

Hay una cosa que me resulta curiosa, y es la evolución que se ha producido en las tres películas en los protagonistas Autobots y en los objetivos de los Decepticons, o más bien en la profundización de las motivaciones de los etiquetados como “malos”. Siempre nos los muestran como unos malvados que quieren destruir nuestro planeta y blablabla, ¿pero alguien se ha parado a analizar sus porqués? En ‘La Venganza de los Caídos’, realmente lo que quieren es Energon para poder sacar adelante a las crías que pueden salvar a su raza. Cierto es que The Fallen pasaba por encima de los humanos para ello, pero puede que eliminándole a él y dejando la máquina destructora de soles se hubiese podido llegar a una solución, pero ni Optimus ni Megatrón iban a hacer eso, ¿verdad? Y luego tenemos una imagen en esta película de Megatrón en plan padrazo, ocupándose de pequeños transformers, y eso me hace plantearme si Optimus le ha dado la espalda a su pueblo y no le importa que su raza se extinga. Luego tenemos el tema de los Decepticons, que me recuerdan mucho a los Slytherin de la saga Harry Potter: Si eres Decepticon eres malo irremediablemente y mereces morir. Y que pasa con Jetfire y Willy? Eran Decepticons y se pasaron al bando contrario, porque pueden elegir. ¿Alguien les ha dado a elegir al resto? No, se los cargan y los desmembran sin piedad porque son Decepticons, una actitud extremista y limitada que representa muy bien al país que produce esta película. Sin grises, sólo blanco y negro, buenos y malos, sin lugar para la redención y el perdón.

Pero  volviendo a lo que nos ocupa, a pesar de tener el guión un poco cogido con pinzas, ‘Transformers: El Lado Oscuro de la Luna’ es una película que no defraudará en general a los que la veáis, tiene acción por un tubo, muchas tuercas volando de un lado para otro y, por fin, la aparición de Shockwave, uno de los Decepticon más importantes y que se habían echado de menos en las entregas anteriores. Además he de decir que se ha respetado bastante el diseño original. Los actores humanos en su línea, John Turturro sigue siendo el mejor y pone la nota cómica, ya que Shia LaBeouf ha pasado a ser un “hero wannabe” (quiero ser un héroe) y ahora sólo es impertinente, sin gracia. Lo mejor, los dos actorazos que intervienen en papeles pequeños, al negarme a leer noticias sobre la producción me he llevado una grata sorpresa al verlos, y no os diré quiénes son para que me lo digáis vosotros ;)

Resumiendo, acción y entretenimiento para toda la familia, una de las pocas películas en las que el 3D no molesta,  pero puede que algunas cosas les chirríen a los fans de la saga. Al menos, quisiera saber vuestra opinión sobre la evolución de Sentinel Prime, ya que no sé muy bien su papel en la saga.

PD: ¿¡De verdad se puede hacer todo eso con tacones!? ¡Rosie Huntington-Whiteley tiene los pies de acero!

jack sparrow y barbanegraLa esperada vuelta del capitán Jack Sparrow ha debutado en Estados Unidos con una aceptable taquilla, y parece que anda por el mismo camino en nuestro país. Las nuevas aventuras corsarias nos han prometido más acción, más amor, más aventuras, y más explosiones….pero eso no es suficiente para mí. Puede que esperase demasiado de esta nueva entrega (mentira), pero la he encontrado desaprovechada y quizá algo vacía.

La nueva motivación de nuestros piratas favoritos era algo que sabíamos desde el principio, la búsqueda de la Fuente de la Juventud, en la que Jack se embarcará junto a un antiguo amor (encarnado por Penélope Cruz) en una carrera contra el temido pirata Barbanegra y un viejo conocido, Héctor Barbossa. A lo largo de la película se suceden pactos, alianzas, mentiras, verdades y mucha acción. Pero todo resulta muy típico y los que esperaran una vuelta de tuerca a las anteriores quedarán muy decepcionados, pues encontramos peleas “porque sí” y completamente prescindibles, personajes que prácticamente ni pinchan ni cortan (como el misionero y la sirena) mientras que otros quedan prácticamente una caricatura de lo que podrían haber sido (Barbanegra). Como siempre, vayamos por partes:

  • Edward Teach, Barbanegra. ¿Por qué pienso que podrían haber sacado más jugo a este personaje? Muy sencillo, es el pirata al que temen los demás piratas, capaz de dar vida y manejar con un mandoble de su espadón un barco. Tiene poder y todo lo que quiera conseguir con el pavor que inspira. Hubiera sido un malvado cojonudo, pero profecía mediante tenía que morir. Una lástima, porque además Ian McShane es un actorazo.
  • El misionero y la sirena. Parece el título de un cuento de los hermanos Grimm, pero son los dos tortolitos de esta entrega. Un misionero rehén en el barco de Barbanegra y una sirena “buena”. Se enamoran y ¡frus! Al final se van los dos. En la película no hacen nada. No pintan nada. Tienen casi tan poco diálogo como Darth Maul. Y nadie se acuerda de ellos, ni siquiera en la publicidad. Es posible que en la próxima película vuelvan a aparecer y que jueguen un papel importante blablablah…. pero lo que es a día de hoy, cero patatero.
  • Angélica Malon. Novieta de Jack Sparrow, por la que éste parece sentir aún algo. Contrariamente a lo que dicen por ahí a mí no me disgusta el papel de Pe, una virginal doncella corrompida y convertida en pirata para ir tras su amante fallido. Una chica con carácter que sólo quería un padre. Ojo, lo que me gusta es su historia previa, su excusa para aparecer en la película me resulta muy fea, aunque su relación con Jack de “tensión sexual no resuelta” es curiosa.
  • Héctor Barbossa. Un espléndo Geoffrey Rush borda al antiguo colega de Jack, ahora al servicio de Su Majestad el Rey de Inglaterra. Un chaquetero de cuidado capaz de hacer cualquier cosa por conseguir su fin y con un pique muy personal con Sparrow. En mi opinión lo mejor de la película.
  • Jack Sparrow. No nos vamos a engañar, Jack no cambia y sigue siendo el mismo canalla de siempre. Pero a mí me cansan ya sus gansadas, no evoluciona, no cambia, y eso lo vuelve muy plano. Sólo su relación con Angélica y algunos momentos estelares le salvan de la quema. En el fondo es adorable.

A pesar de todo lo que haya podido despotricar sobre sus personajes y trama, la película en conjunto no está tan mal, es divertida y entretenida, aunque a mí a ratos se me hizo algo pesada. Pero el público en general la disfrutará (y la está disfrutando) mucho, prueba de ello son sus datos de taquilla, muy buenos. Pero yo me quedo escéptica con respecto a la continuación, pues tienen las piezas situadas y pueden tomar distintos rumbos, pero dependiendo de cómo lo hagan puede que la caguen. Yo tengo esperanza en que lo hagan bien, al menos material para ello, tienen.

En resumen, los amantes de la saga la van a disfrutar, pero puede que se quede corta para los espectadores más exigentes.

El cine de vampiros es uno de los más prolíficos en estos últimos años, los chupasangres están de moda y hemos podido ver mil y una versiones y variaciones del mito antiguo y el personaje creado por Bram Stoker, desde delicados reflectores solares hasta animales movidos por el instinto de la sangre. Pero todos al final se reducen a lo mismo.

Y de lo mismo de siempre es de lo que habla ‘Priest, el Sicario de Dios’, film basado en un manwa (comic) coreano del mismo nombre y editado en nuestro país. No lo he leído y por eso no haré una comparativa, aunque por lo que me han dicho amigos que sí la tienen no hay mucha coincidencia con la obra base más allá de la ambientación.

La película mezcla un mundo futuro en el que la humanidad se refugia en enormes ciudades amuralladas controladas por el clero para defenderse de los vampiros. En su lucha contra estos seres, los humanos nos hemos cargado el planeta y todo son desiertos de tierra cuarteada y pueblecitos al más puro estilo western fuera de las ciudades. En estas sociedades masificadas, los sacerdotes, pieza clave en la lucha de los vampiros, viven retirados del servicio y rechazados por todos ahora que se ha vencido al enemigo. ¿Pero lo hemos vencido de verdad?

Aquí nuestros queridos chupasangres son bestias ultrarrápidas sin ojos que se guían por un instinto ciego (jeje) , y nuestro villano, aquel que pretende inclinar la balanza a favor de la sangre es toda una novedad, lo nunca visto, ¡un vampiro humano! Novedad mundial, señores, camina a la luz del día y piensa, la perdición de la humanidad interpretada por un Karl Urban que no atina con los papeles que le han ofrecido tras la saga de ‘El Señor de los Anillos’ (con alguna honrosa excepción), dibuja un malvado muy Disney, con motivaciones absurdas contra nuestro protagonista y sin sentido. En el otro lado tenemos a Paul Bettany en un papel de carapalo de los suyos, otro actor que parece que acepte lo primero que le propongan en los últimos tiempos, y mira que el hombre ha hecho cosas interesantes (era el amigo cirujano de Russel Crowe en ‘Master and Commander’), pero supongo que el dinero es el rey y hay que vivir de algo. Interpreta a un sacerdote que se rebela contra sus superiores para ir a buscar a la hija de su hermano (Stephen Moyer al otro lado del universo vampírico) que ha sido secuestrada por los chupasangres en un ataque. Un devoto cristiano que no renunciará a sus votos y cumplirá su deber como guerrero por encima de cualquier cosa. Le acompaña Hicks, sheriff y prometido de la susodicha, un papel de gallito más interesante que el que este mismo actor realizó de “tío-bueno-con-menos-frases-que-Darth-Maul” en la ridícula saga de Stephanie Meyer.

La película tiene un desarrollo casi de videojuego, con búsquedas y continuos planos generales de los protagonistas en moto atravesando las tierras baldías en busca de la chica en apuros, todo ello con muchos efectos bastante correctos. Casi toda la acción del filme se ve en los trailers salvo la “batalla final” sobre un tren que no deja de recordarme al anime japonés surrealista ‘Bobobo’ (los que lo hayan visto sabrán porqué). El final queda cojo porque parece concebido para una continuación que evidentemente no verá la luz. Es el mismo esquema que hemos visto en la anterior película del director, ‘Legión’, de nuevo con Paul Bettany de protagonista y que cuando por fin te van a contar algo interesante deciden cortar por lo sano. Es algo que se está convirtiendo en una mala costumbre en ciertas producciones de bajo presupuesto (para Hollywood, claro), y también pudimos verlo en ‘Skyline’ aunque en ese caso no es la única cosa negativa de la película. Dejar abierta la puerta por si pueden serguir estirando el chicle con una historia coja que por este motivo queda alargada y deficiente en muchos aspectos es un sinsentido que sólo contribuye a mermar la calidad del cine de fantasía futurista, que no necesita mucho para llegar más bajo; hoy en día hay que rebuscar mucho para encontrar algo decente.

En resumen, no esperéis nada de esta película, pues no es nada. Historia convencional, personajes sacados de moldes estándar y final incompleto. Lo único bueno que puedo decir es que dura apenas 90 minutos, como una peli Disney.

 

Banner de ThorEste fin de semana, el dios nórdico Thor ha llegado a nuestras pantallas a pelear mano a mano con los chuletas de ‘Fast Five’, y no hace falta ser muy listo para ver que es una batalla perdida teniendo en cuenta los precedentes de la saga atunera y los de los héroes de comic. Pero no estamos aquí para eso.

Thor pretende ser el último eslabón junto a ‘Capitán América: El Primer Vengador’ de Marvel para poder poner en circulación a sus Vengadores, que ya han comenzado el rodaje. El dios del trueno, aunque conocido, creo que no es tan popular como otros superhéroes de la factoría de Stan Lee, y eso quieras o no puede ser un handicap que por otra parte puede solucionarse con esto de que son dioses nórdicos y eso es algo que la gente conoce, aunque no sea comiquera…..o no. Porque aparte de ciertos parentescos y los nombres, toda relación con la mitología nórdica es pura coincidencia.

Esta película nos muestra la historia del hijo de Odín, que es castigado por su arrogancia al destierro en nuestro mundo hasta que madure y sea digno del poder que su padre le ha otorgado. Más que una historia de superhéroes es un film sobre el viaje hacia la madurez de un niño orgulloso, belicoso e impulsivo; y también sobre la envidia y los oscuros deseos y acciones que realizamos guiados por ellos. Con esto último hablaba de Loki, el hermano de Thor, dios nórdico del engaño y el fraude, un ser taimado que recurre a artimañas y engaños para conseguir sus fines.

Se ha intentado mezclar el universo clásico de Thor con el de la línea Ultimate (Thor modernizado) y no ha quedado mal la cosa, al menos desde el punto de vista de los profanos en la mitología comiquera, que al fin y al cabo son los que pueden decidir la taquilla. Hay coherencia en el guión y nada “chirría” ni hay cabos sueltos o incoherencias con el mundo Marvel. Más bien diría que los guiños hacia otros personajes y futuros Vengadores le dan cuerpo y harán las delicias para los fans (os reto a que encontréis las referencias a Iron Man, Hulk y Ojo de Halcón). Otro punto a favor es la alternancia de la acción entre Asgard (hogar de nuestro protagonista) y la Tierra, con lo que no se hace pesada y consigue mantener la atención del espectador. Eso sí, no os esperéis una historia de batallas épicas y sin descanso; ya he dicho que trama se centra en la evolución de Thor de muchacho a hombre, de hecho el combate más espectacular lo podréis ver casi al principio de la película, en una secuencia impresionante y que te deja bien claro cómo se las gasta el dios del trueno. Pero aún así podremos disfrutar del poder de Thor hacia el final, a menor escala, pero no se puede tener todo.

En resumen, podría decir que es de las mejores películas sobre superhéroes que he visto. Todo el mundo la compara con el primer film de Iron Man, y sin duda compite con él como la mejor película argumentalmente y en desarrollo, pero sin llegar a su nivel. Disfrutaréis como enanos yendo a verla, que al fin y al cabo es lo que pretende.

PD: No está de más deciros a los despistados que hay una escena al final de los créditos que nos dará pistas sobre el villano para los Vengadores y hará que queráis verla de nuevo, pues le da una nueva dimensión a uno de los personajes, ¿no estáis de acuerdo? ;)

No me preguntéis qué hacía yo viendo esta película, siempre voy en grupo y esta semana no elegía yo, pero esa es otra historia. La que nos ocupa hoy nos la vendían como Crepúsculo pero cambiando a los vampiros gusiluz por extraterrestres linterna. Y por suerte para el público, aunque tienen similitudes ésta es, de lejos, mucho más entretenida y visible.

La historia, como es de suponer, es simple: John Smith es un ser de otro planeta que se esconde en la Tierra junto a 8 elegidos más con poderes de una raza que quiere exterminar a su pueblo. Lleva huyendo toda la vida y en una de sus paradas temporales se encuentra con Sarah, una chica por la que tomará la decisión de enfrentarse a sus perseguidores. Hasta aquí todo parece muy crepusculesco, pero ahí termina todo porque uno de los productores del film es Michael Bay, que no es muy amigo de las películas sosas. Así pues tendremos persecuciones y explosiones, y de mano de Dreamworks unos efectos visuales más que decentes. Hay pasteleo aborrescente, si, pero ni tan pegajosamente insufrible y cargante como nuestros vampiritos lentejuelas. 

Y ahora que os he dicho las cosas buenas que tiene esta película, van las malas. No puedo dejar de pensar en que el protagonista me recuerda a Cole, del videojuego Infamous, solo que éste lanza rayos con las manos y ya está, pero se les iluminan a los dos las palmas. También hay que decir que en general el argumento tiene un tufillo a la serie Roswell que es muy sospechoso, solo que con más dinero y fiesta de efectazos, pero brillan y hacen cositas con las manos como los príncipes huidos de la serie de televisión. El argumento no puede ser más típico porque ya han acaparado todos los estereotipos, y los malos, ¡oh los malos! Son de peli Disney completamente a pesar del aspecto chungo que tienen, tienen unas frases en plan colega que dan más risa que miedo. Pero a pesar de todo, visualmente es espectacular y se deja ver.

En resumen, una película para consumo adolescente, muy edulcorada como debe ser en toda peli de Disney y con momentos tipo Smallville que notaréis en la escena final sobre todo, con su panorámica y granja (no en vano los guionistas son los de Smallville). Así que a no ser que seáis mozos/as hormonados/as, puede que os decepcione un poco. Pero si decidís ir a verla, vais a reiros.

Una última cosa: están basados en una serie de libros, así que si continúan con esto (todo parece apuntar a que sí), se resolverán las abundantes cosas que dejan en el aire en esta película.

.
El nuevo trabajo de Zack Snyder es sin duda la película más esperada de las que se estrenaban esta semana. Este director me gusta mucho y desde que se presentó en el mundo del cine con Amanecer de los Muertos ha dejado claro que lo suyo son las propuestas arriesgadas. Pero puede que en esta ocasión haya arriesgado más de la cuenta. 

Con los precedentes y los trailers a todos se nos había hecho la boca agua. Una chica, recluída en un manicomio en circunstancias un tanto oscuras, decide huir antes de que la lobotomicen con unas compañeras, inventando mundos con cada paso que dan hacia su libertad. Si a todo esto le sumamos que salen samurais, dragones, orcos, robots, nazis y zombies, nada puede fallar, ¿no? Pues falla. Lo que podría haber sido una película cojonuda se queda en una especie de videojuego con fases que sólo tienen en común a nuestras protagonistas, siempre ligeritas de ropa. Y entre medias una realidad alternativa que Baby Doll, la protagonista, se inventa para huir de la realidad del manicomio, en la que las internas sin…..putas. Y el psiquiátrico un puticlub. Y no es que os lo quiera destripar, pero no hay más. Eso es todo, solo quedan efectos a toda pastilla, abuso del slow motion con momentos sin sentido y eso sí, mucha acción con posturitas mientras suena música.

Pero no me malinterpretéis, tampoco es que haya salido del cine diciendo que es mierda seca y merece el olvido. El film también tiene muchas cosas buenas, como una impresionante banda sonora con, por ejemplo, un remix muy cañero de Army of Me de Björk o una versión inquietante de un conocido tema de Eurythmics cantada por la protagonista, Emily Browning que acompaña muy bien a los primeros minutos de la película; en mi humilde opinión, una de las mejores escenas de todo el film, con una fotografía y un diseño artístico muy cuidados que la convierten en una pequeña obra maestra. Así mismo, los actores realizan un buen trabajo, en la medida que pueden en el caso de las chicas, puesto que la trama no deja mucho para su talento, pero salen bastante bien paradas. Pero sin duda son las interpretaciones masculinas, oscuras y depravadas las que ponen ese puntito de carisma humana a este film en pantalla verde.

¿En resumen? Realmente no sé si me ha gustado o no, sólo puedo decir que con un poco más de consistencia que hubiera tenido argumentalmente esto hubiera sido mucho más coherente y sólido, no la mitad de las cosas porque sí (y la otra mitad imaginarias). Los efectos no están reñidos con un buen argumento, pero puede que esto fuera lo que pretendía hacer Snyder, una película palomitera y en la que puedes tener el cerebro desconectado y babear como un zombie, ¿quién sabe?

.

Como buena niña que ha crecido con Disney, era obligado esta semana ver Enredados. El nuevo clásico de la factoría de sueños es el primero realizado por completo en 3D y tras el fracaso de Tiana y el Sapo es la esperanza del estudio por recuperar un público que se le escapa. La historia es la de Rapunzel, la chica con el pelo kilométrico que está atrapada en una torre, un cuento clásico de los hermanos Grimm que os reproduzco gracias a los cuentos de hadas:

Había una vez… una pareja feliz que desde hacía mucho tiempo deseaban tener un hijo o una hija. Un día, la mujer sintió que su deseo ¡por fin! se iba a realizar.

Su casa tenía una pequeña ventana en la parte de atrás, desde donde se podía ver un jardín magnífico lleno de flores hermosas y de toda clase de plantas, árboles frutales y verduras maravillosas. Estaba rodeado por una muralla alta y nadie se atrevía a entrar porque allí vivía una bruja.

Un día, mirando hacia el jardín, la mujer se fijó en un árbol cargadito de espléndidas manzanas que se veían tan frescas y tan deliciosas que ansiaba comerlas. Su deseo crecía día a día y, como pensaba que nunca podría comerlas, comenzó a debilitarse, a perder peso y se puso pálida y frágil. Comenzaba a enfermarse.

Su esposo se preocupó y le preguntó:

—¿Qué te pasa, querida esposa?

—Ay —dijo—, ¡si no puedo comer unas manzanas del huerto que está detrás de nuestra casa, moriré!

Su esposo, que la amaba mucho, le respondió:

—No permitiré que fallezcas, querida.

Cuando oscureció, el hombre trepó la pared, entró en el jardín de la bruja y rápidamente cogió algunas de aquellas manzanas tan rojas, las fue metiendo en un pequeño saco que llevaba y corrió a entregárselas a su esposa. Ella, de inmediato, comenzó a comerlas con deleite saboreando hasta el último pedacito. Eran tan deliciosas que al día siguiente creció su deseo por comer más.

Para mantenerla contenta, su esposo sabía que tenía que ser valiente e ir al huerto otra vez. Esperó toda la tarde hasta que oscureció, pero cuando saltó la pared, se encontró cara a cara con la bruja.

—¿Cómo te atreves a entrar en mi huerto a robarte mis manzanas? —dijo ella furiosa.

—¡Ay! —contestó él—, tuve que hacerlo, tuve que venir aquí porque me sentí obligado por el peligro que amenaza a mi esposa. Ella vio tus manzanas desde la ventana y fue tan grande su deseo de comerlas que pensó que moriría si no saboreaba algunas.

Entonces la bruja dijo:

—Si es verdad lo que me has dicho, permitiré que tomes cuantas manzanas quieras, pero a cambio me tienes que dar el hijo que tu esposa va a tener. Tendrá un buen hogar y yo seré su madre.

El hombre estaba tan aterrorizado que aceptó. Cuando su esposa dio a luz una pequeña niña, la bruja vino a su casa y se la llevó. La llamó Rapunzel.

Rapunzel llegó a ser la niña más hermosa de todo el planeta. Cuando cumplió doce años, la bruja la encerró en una torre en medio de un tupido bosque. La torre no tenía escaleras ni puertas, sólo una pequeña ventana en lo alto. Cada vez que la bruja quería subir a lo alto de la torre, se paraba bajo la ventana y gritaba:

—¡Rapunzel, Rapunzel, lanza tu trenza de oro!

Rapunzel tenía un maravilloso y abundante cabello largo, dorado como el sol. Parecía de oro. Siempre que escuchaba el llamado de la bruja se soltaba el cabello, lo ataba alrededor de uno de los ganchos de la ventana y lo dejaba caer al piso. Entonces la bruja trepaba por la trenza de oro.

Un día un príncipe, que cabalgaba por el bosque, pasó por la torre y escuchó una canción tan gloriosa que se acercó para escuchar.

Quien cantaba era Rapunzel. Atraído por tan melodiosa voz, el príncipe buscó una puerta o una ventana para entrar a la torre pero todo fue en vano. Sin embargo, la canción le había llegado tan profundo al corazón, que lo hizo regresar al bosque todos los días para escucharla.

Uno de esos días, vio a la bruja acercarse a los pies de la torre. El príncipe se escondió detrás de un árbol para observar y la escuchó decir:

—¡Rapunzel, Rapunzel, lanza tu trenza de oro!

Rapunzel dejó caer su larga trenza y la bruja trepó hasta la ventana.

—¡Oh, es así como se entra a la torre! —se dijo el príncipe—. Tendré que probar mi suerte.

Al día siguiente al oscurecer, fue a la torre y llamó:

—¡Rapunzel, Rapunzel, lanza tu trenza de oro!

El cabello de Rapunzel cayó de inmediato y el príncipe subió. Al principio Rapunzel estaba muy asustada al ver a un hombre extraño, pero el príncipe le dijo gentilmente que la había escuchado cantar y que su dulce melodía le había robado el corazón.

Entonces Rapunzel olvidó su temor. El príncipe le preguntó si le gustaría ser su esposa a lo cual accedió de inmediato y sin pensarlo mucho porque —además de que lo vio joven y bello— estaba deseosa de salir del dominio de esa mala bruja que la tenía presa en aquel tenebroso castillo. El príncipe la venía a visitar todas las noches y la bruja, que venía sólo durante el día, no sabía nada.

Un día, en su ascenso, la bruja le dio un gran tirón en la trenza a Rapunzel y ella reaccionó cometiendo una terrible equivocación; le preguntó:

—Dime, ¿por qué eres tan pesada que me tiras del cabello, mientras que el príncipe sube hacia mí, rápido y sin hacerme daño?

—Niña perversa —gritó la bruja—, ¿qué es lo que escucho? ¡Así es que me has estado engañando!

En su furia, la bruja tomó el hermoso cabello de Rapunzel, lo enrolló un par de veces alrededor de su mano y, rápidamente, se lo cortó. Todo el cabello de oro y las maravillosas trenzas cayeron al piso. Después la bruja llevó a Rapunzel a un lugar remoto y la abandonó para que viviera en soledad.

Esa tarde, cuando oscurecía, la bruja se escondió en la torre. Pronto llegó el hijo del rey y llamó:

—¡Rapunzel, Rapunzel, lanza tu trenza de oro!

Cuando la bruja escuchó el llamado del príncipe, amarró el cabello de la pobre Rapunzel a un gancho de la ventana y lo dejó caer al suelo. El príncipe trepó hasta la ventana y cuál no sería su sorpresa cuando se encontró con la malvada bruja en lugar de su dulce Rapunzel.

Ella lo miró con ojos perversos y diabólicos y le dijo:

—Has perdido a Rapunzel para siempre. ¡Nunca más la verás otra vez.!

El príncipe estaba desolado. Para colmo de su desgracia, se cayó desde la ventana sobre un matorral de zarza. No murió, pero las espinas del matorral lo dejaron ciego.

Incapaz de vivir sin Rapunzel, el príncipe se internó en el bosque. Vivió muchos años comiendo frutas y raíces, hasta que un día, por casualidad, llegó al solitario lugar donde Rapunzel vivía en la miseria.

De repente, escuchó una melodiosa voz que le era conocida y se dirigió hacia ella. Cuando estaba cerca, Rapunzel lo reconoció. Al verlo se volvió loca de alegría, pero se puso triste cuando se dio cuenta de su ceguera. Lo abrazó tiernamente y lloró.

Sus lágrimas cayeron sobre los ojos del príncipe ciego. De inmediato, los ojos de él se llenaron de luz y pudo ver como antes. Entonces, feliz de estar reunido con su amor, se llevó a Rapunzel a su reino, en donde se casaron y vivieron felices para siempre.

Respecto al cuento, como supongo que adivinaréis, la película tiene cambios, dándole más protagonismo a Rapunzel y convirtiéndola de una chiquilla a merced de la bruja a una jovencita que quiere tomar las riendas de su destino y salir de la torre donde está confinada; también convierte al príncipe en un sinvergüenza ladrón con más cara que espalda, y alguna cosilla más “made in Disney” como los animalillos acompañantes, pero en general son modificaciones que benefician a la historia, que tiene un punto dramático bastante importante (y un poco lacrimógeno, pero no demasiado). La historia está muy bien llevada, con momentos tiernos, divertidos, persecuciones y final trepidante y feliz, muy en la línea de los clásicos de siempre, y es un gusto ver cómo Disney se pone las pilas frente a los otros grandes de la animación como Dreamworks y la Fox; y a pesar de que Pixar forme parte de Disney, el estudio propiamente dicho estaba perdiendo un poco de fuelle y perdiendo terreno. 

Vayamos a la animación, de la que destacaré el pelo. La cabellera de Rapunzel es el hilo conductor de la película y como elemento importante está muy bien cuidado. Sirva de ejemplo el hecho de que Kelly Ward, técnico de software de pelo (uno de los tres especialistas de software encargados de simular el pelo de Rapunzel y de los principales personajes de la película) se doctoró en informática con una tesis que estudiaba el pelo y lleva diez años especializándose en esta área. Eso quiere decir que casi puedes tocar los pelos de la rubita y parece que sea de verdad, todo un logro en mi opinión, ya que la última inversión en tecnología del cabello no fue muy realista por mucho que dijeran. El resto de la animación muy fluída y en general sin pegas, cada vez son más expresivos los personajes humanos (y animales) y en especial los ojos de los protagonistas transmiten las emociones de una forma que no había visto antes.

Tercer punto, los personajes. Diré que Rapunzel es la primera princesa Disney con paletos y que eso la hace más que mona, aparte de esos ojazos expresivos que tiene. Muy vital e incluso “aniñada”, pero claro, si yo estuvera 18 años en una torre sin salir también me pondría histérica al salir. El guaperas de Flynt me recuerda a Aladdín por el movimiento de cejas que tiene, el peinado y el desparpajo, pero sólo es un vago recuerdo, ya que este sinvergüenza es más conquistador caradura que nuestro árabe favorito. Y la mala malísima, Madre Gothel, tiene un parecido con Michelle Pfeiffer que asusta.

La banda sonora corre en esta ocasión a cargo del oscarizado Alan Menken, especialista en hacer que nos acordemos de los musicales de broadway con temas como “Madre sabe más”. Sin duda es el mejor de los mejores para darle a Enredados una entidad propia, y unas canciones que se hacen pegadizas, aunque a mí esta vez no me ha pasado posiblemente porque estaba más interesada en la parte visual. Pero una escucha del CD lo arregla, tranquilos.

En resumen, es agradable volver a ver a Disney hacer lo que mejor saben: cuentos. Y espero que esta película sea un comienzo de una nueva etapa para el estudio. Como buena niña Disney que soy.

Por si esta parrafada no os ha convencido, os daré tres razones para ir a verla:

  1. Nunca me he reído hasta llorar con una película de Disney, y esta lo ha conseguido. Dos veces.
  2. El pelo. Tenéis que ver lo que han conseguido con la textura del pelo.
  3. Maximus y Pascal. Quiero un camaleón.
Para quien tenga curiosidad, os dejo un enlace a un reportaje exhaustivo del blog Informemos de Disney en el que encontraréis bocetos, clips, entrevistas y muchas curiosidades sobre la realización de esta película, que lo disfrutéis.

Los que seguís mis andanzas peliculeras por blog tal vez os acordéis de aquella primera entrada en la que hablaba de esta misma película. Mi opinión en esos años estaba fundamentada en oídas de conocidos e imágenes en programas de cine; no fuí capaz de verla porque como buena purista shakespiriana el ver a un negro con rastas y una pipa hablando en verso y con teatralidad me aberré mucho. Sin embargo, visto que Baz Luhrmann después ha dirigido dos películas que me gustaron bastante, cuando llegaron dos amigos míos con la superedición en Blu-Ray para verla no pude negarme.

No voy a negar que me sigue chocando que los Montesco y los Capuleto sean mafiosos de aspecto barriobajero y gatillo fácil, pero realmente la esencia de la obra se mantiene, que en el fondo es lo importante. La historia de amor de dos jóvenes de familias rivales que con sus muertes hacen ver lo inútil de su lucha y la desgracia que estaban llevando a todos, llevado a un mundo moderno, debía encuadrarse dentro del mundo de la mafia, ya que en los tiempos que corren son los únicos que siguen blandiendo el honor y la sangre como estandarte en sus venganzas. Los cabezas de familia mantienen las formas frente al público mientras sus vástagos y familiares derraman la sangre del enemigo en cualquier lugar.

Leonardo diCaprio no me gustaba nada entonces, puede que porque se había convertido en ídolo de las nenas y nunca he comulgado con eso de seguir a la masa enfervorecida; más bien yo me iba corriendo en dirección contraria. Pero con los años este actor ha dejado de ser un niño eterno y se ha ganado mi respeto con películas como Infiltrados, El Aviador, Shutter Island u Origen. Echando la vista atrás hacia Romeo y Julieta, el chaval actúa muy bien, acorde con el enamorado y torturado Romeo, que no puede amar a su Julieta sin pasar por encima de su familia, loco tras descubrir el amor por abandonar la violencia, vivir tranquilo con su amada y puede que reconciliar a las dos familias, ¿por qué no?

Del resto del reparto (con actorazos) tengo que destacar al enorme John Leguizamo y su estiloso y torero Tibaldo, y a un Harold Perrineau desatado interpretando al siempre carismático Mercuccio. El primero es un actorazo de esos que animan cualquier película mediocre en la que actúen, condenado a ser siempre un secundario carismático y con talento poco aprovechado. Aquí construye un personaje realmente teatral en sus movimientos y su forma de actuar, con un aire de rebelde sesentero a lo John Travolta en Grease mezclado con mariachi mejicano. Perrineau, nuestro Michael en la serie Perdidos, ha sido mi sorpresa, el negro con rastas que recita pipa en mano. Un poco locaza quizá (debido en parte a su disfraz en parte de sus intervenciones), pero siempre cachondo y amigo de Romeo.

En resumen, la peli no está mal. Será recordada por ser posiblemente la adaptación más rara de una obra de Shakespeare, pero la esencia de esta historia universal permanece, como ya he dicho, y aunque lo escribas con letras doradas, el mensaje no cambia: el amor puede ser la mayor bendición o la más terrible de las maldiciones.

.

Cada vez son más las películas que te la juegan con los trailers que nos hacen comer en los previos del cine, el secretismo a la hora de dar avances en las producciones hollywoodienses se extiende como un cancer y está llegando un punto en el que ya no sabes lo que vas a encontrarte cuando vas al cine. Si no sabéis de lo que estoy hablando sólo tenéis que ver los trailers de las películas de M. Night Shyamalan, que te engañan como a un chino y que en mi opinión es parte de las razones por las que este director se ha ganado enemigos. Pero ese es otro tema.

El libro de Eli es otro buen ejemplo de cómo hacer que las masas vayan a ver una película que, a priori, muchos ni nos plantearíamos visionar. Pero antes de meternos en el meollo veamos el trailer:

Seguro que aquí El Listo Que Todo Lo Sabe© me dirá que esto es sólo un teaser, un adelanto, y que salieron más trailers en los que se ve de qué va; pero en mi caso, que vivo en una ciudaducha de tres al cuarto con un cine un poco caca en ciertos aspectos, esto es lo único que ví, y no una ni dos veces. Así pues, visto el adelanto visual, la peli pinta que te cagas: Denzel Washington y Gary Oldman en un filme apocalíptico tipo La Carretera, pero con más hostias. Genial.

Pues no.

Esta película se parece a La Carretera lo mismo que un higo a una castaña. Aquí nos cuenta cómo Eli (un Denzel Washington un poco soso y carapalo) es un caminante que porta la salvación de la Humanidad en un futuro devastado por una guerra, un libro. Pero ese libro es codiciado por muchos, entre ellos Carnegie (interpretado cómo no por Gary Oldman, magnífico como siempre en los papeles de villano), el cacique jefe de un grupo de matones, que quieren el libro para obtener poder. El problema y jugarreta de esta película es que el susodicho libro es La Biblia (no es spoiler, en el trailer definitivo se ve claramente). ¿Y por qué es un problema? Pues porque al adentrarnos en el terreno místico/religioso la cosa puede desagradar a la gente.

Sin embargo, en mi caso (engañada como una quinceañera igual que muchos), esta desilusión y desazón se convirtió en un interés creciente según se desarrolla la película, que tiene un par de giros interesantes y que plantea la necesidad de creer en algo en situaciones adversas como la única forma de seguir adelante, y aún siendo atea reconozco la verdad del planteamiento. La fe te da fuerzas para luchar, mueve masas, y tenemos cientos de pruebas de ello (no siempre buenas): las cruzadas, la Jihad, la estulticia estadounidense contra el MAL….el hombre es capaz de lo mejor y lo peor en nombre de algo que, aunque no existiera, significa la promesa de algo mejor. Cómo algo tan abstracto puede ser tangible para la gente que no tiene nada es el Poder y la Salvación, depende de quién lo mire, y ahí reside el interés de este filme. Sin ser realmente gran cosa, resulta entretenida, y puede ser una experiencia interesante. Y Denzel Washington dando machetazos siempre es un motivo más.

En definitiva, no es una gran película, pero si lo que pretendían los hermanos Hughes (que dirigieron Desde el Infierno y van a dirigir la adaptación de Akira OMG!) era una discusión entre fe y razón, creencias y pruebas, a juzgar por la conversación que siguió después de la proyección entre mi grupo, lo han conseguido.

PD: Por si no le ha quedado claro a alguien, la peli es ni fu ni fa, entretenida, pero bastante del montón. Y he puestos ejemplos sobre los actos humanos movidos por la fé negativos porque es lo primero que se me pasa por la cabeza cuando pienso en ello, lo siento.

Vamos a ponernos serios, porque la ocasión lo merece. Vamos a analizar una aberración éxito de taquilla que ha enajenado enloquecido a millones de crías sin criterio aborrescentes de todo el mundo. Por si alguien no sabe a qué “película” me estoy refiriendo, hablo de Crepúsculo, la adaptación cinematográfica del best-seller mundial escrito por Stephenie Meyer y que narra el amor imposible entre un vampiro y una humana. Pero supongo que a estas alturas ya todo el mundo se sabe el pastel de argumento, así que no voy a explicarlo; si alguien vive en la inopia no sabe la historia, puede leerla aquí.

Pero vayamos al grano. Por mucho que nos lo hayan querido vender así, Crepúsculo NO es una película de vampiros. Personalmente, se me parece más a una novela de Danielle Steel, con sus romances imposibles (no puedo estar con ella/le quiero a cualquier precio), sus dificultades (él necesita “sangre” y no envejece), y sus villanos en contra de su amorl (aka “tío-bueno-con-menos-frases-que-Darth-Maul”). No hay oscuridad, ni nada que huela a vampiro, al menos tal y como se conoce a esta criatura desde que Bram Stoker cogió la pluma. El vampirismo, tal y como se entiende hoy en día, es una maldición impuesta por Dios o una forma de vida impía de orígenes nada benignos. Dicha maldición se manifiesta por las características de éstos: No se reflejan en los espejos porque carecen de alma y los espejos la reflejan, arden con el sol porque éste es símbolo de la luz divina y ellos son servidores de la sombra, no pisan suelo sagrado porque son criaturas malditas y más cercanas a Satán, y beben sangre porque es un acto de máxima impureza al absorber el alma de una criatura de Dios. El hecho de que para la conversión vampírica haya siempre sangre de por medio es una confirmación de ello; la persona muere al arrebatársele el fluido vital, pero la maldición vampírica (en cualquiera de sus variantes) no deja que el alma del individuo ascienda al cielo, sino que la atrapa y corrompe, vagando el resto de la eternidad como criatura de la noche. Como digo, hay muchas variantes sobre la conversión vampírica, sus debilidades y costumbres, pero los cimientos básicos son los que acabo de explicar. Y Crepúsculo se los pasa por el forro de los caprichos.

En primer lugar…..¡los vampiros brillan!¡Como los Gusiluz!¿Por eso se ocultan de la luz del sol? Pero si son bellos… (frase textual de la película). El asunto de la sangre es un poco extraño, puesto que, si los protas supermegachachis de la muerte son “vegetarianos” y no beben sangre humana…¿no deberían morirse o algo? Si beber sangre humana es opcional y para nada fundamental en la supervivencia de un vampiro, ¿por qué algunos beben sangre humana y otros no?¿Porque son buenas personas? En serio, no me convence la visión de esta mujer, para nada. Y bueno, no he mencionado a los malos malosos de la historia: un clan nómada que son crueles y despiadados porque se alimentan de humanos. Dejando aparte el asunto de la sangre, el clan está formado por tres miembros: el maestro chungo que te cagas que luego resulta ser bueno porque avisa a los protas de que el tío-bueno-con-menos-diálogo-que-Darth-Maul es el más mejor de los vampiros que ha visto nunca, la random vampiresa que no tiene ni una frase pero que debe tener planos y escenas con cara de malamalísima porque es la malamalísima en el tercer libro de la saga; y el tío-bueno-con-menos-frases-que-Darth-Maul, que resulta ser la leche, el mejor rastreador, el mejor en combate, en definitiva, el más duro rival que puedan echarse los vampiritos hippies estos. Fijáos lo chungo que es, que siendo 7 contra 1 huyen en varias direcciones, diseminando el olor de la prota por varios sitios para que no la encuentre, porque le tienen mucho miedito, pero claro, el malo, como buen malo, debe descubrir el truco, cabrearse, y encontrar a la dama en apuros. Llegados a este punto, lo de huir del malo superpoderoso lo hemos olvidado y entre los 7 se enfrentan a él y lo descuartizan para luego hacer barbacoa con sus restos en una escuela de ballet. ¡Qué romántico!

Para terminar, quiero hacer notar el alarmante parecido de Bella, la chica protagonista, con una Mary Sue. Para empezar, el nombre ya sugiere belleza y guapura, lo cual no es un buen principio. Edward, el vampiro nenaza, se enamora perdidamente a primera vista y decide que son almas gemelas. Una chica que llega nueva a un instituto, que es poco sociable porque se siente incomprendida, cae bien en el momento en el que hablan con ella…..parece que estemos leyendo un fanfic de pésima calidad, la verdad. Que a mí me parece muy bien que la autora fantasee con vampiros súperbuenas personas que se enamoran de ella, entendedme; cada uno hace en su cama y con sus dedos lo que quiere. Pero no se pueden escribir unas fantasías sin pies ni cabeza y publicarlas como si una fuera una gran escritora. No debemos confundir algo que vende con algo de calidad.

Y me aguanto y pongo un gesto de “pobrecillos que no saben lo que hacen” cuando me hablan de las excelencias de la saga y de que son unos libros geniales. Porque las cosas son así, la gente hoy en día se lee cualquier cosa y la califica de obra maestra. Pero como decía Nicole Kidman en Australia, “que las cosas sean así no quiere decir que deban serlo”.

Se me quedan en el tintero las opiniones del propio Robert Pattinson sobre el libro a partir de lo que estuvo leyendo para prepararse el personaje, pero no encuentro la entrevista. Pero no desisto y os lo pondré para vuestro disfrute.

Os dejo un par de regalitos, el primero de ellos facilitado por Mario y que muestra las razones por las que la gente odia Crepúsculo. El segundo es de una chica, fan de otra saga de libros juveniles de vampiros llamada Cirque du Freak y que analiza las diferencias entre ambas sagas dando 31 razones por las que Cirque du Freak es mejor que Crepúsculo. No tiene subtítulos, pero las mejores partes se entienden bastante bien.

Y eso es todo. Escribo poco, pero cuando lo hago, me quedo a gusto, no creéis?

Encuentranos en twitter