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Mars Attacks! Tim Burton

Mars Attacks! es una de esas pequeñas joyas incomprendidas, odiada frecuentemente por los fans de su director Tim Burton por no tener la estética oscura y siniestra que puebla sus otras cintas, al menos aparentemente y tachada de absurda parodia y de estar “mal hecha” por muchos otros. Pero nada más lejos de la realidad.

Esta historia de una invasión marciana parece sacada de las películas de los años 50 sobre invasiones y amenazas para la humanidad que proliferaron y aterraron a toda una generación. La estética, el desarrollo y muchos de los diálogos sin duda nos pueden recordar a los clásicos de la ciencia ficción La Humanidad en Peligro o Ultimátum a la Tierra. Y es que sin duda nos encontramos ante una parodia y homenaje a este tipo de películas, símbolo de una década. La estética del filme puede no ser gótica u oscura a simple vista, pero no cabe duda de que sus personajes llevan el sello de Burton: Generales extremistas, empresarios pasados de rosca o hippies new age son parte del elenco que interviene en esta historia. Hay que destacar el reparto de Mars Attacks!, con estrellas de la talla de Jack Nicholson (por duplicado), Glenn Close, la jovencísima Natalie Portman, Annette Bening, Pierce Brosnan y unos cuantos más que me dejo en el tintero, todos ellos espléndidos, y en declaraciones de algunos de ellos, en papeles con los que disfrutaron mucho. El guión de esta película hizo que todos ellos accedieran de buena gana a participar en ella, independientemente de su caché, y es que los actores también tienen derecho a disfrutar de su trabajo. Danny Elfman hace gala de todo su repertorio de melodías con coros y muchos teremines para ambientar, en lo que ya son sus señas de identidad (por desgracia, pues ha acabado por encasillarse y autolimitarse). También son dignos de mencionarse los marcianos, realizados por la ILM, así como el resto de los efectos, que para la época estaban más que bien, en el inicio de la era digital que ahora vivimos.

Posteriormente se intentó algo parecido con Arac Attack, pero el resultado no fué tan bueno como con la cinta de Burton, en primer lugar porque los intérpretes no eran de primera línea y eso ya es menos reclamo para un público que no entiende estos homenajes al cine viejuno. Eso sí, los efectos especiales eran bastante decentes, con unas arañas por ordenador espectaculares (hablamos de 2002, ojo).

Así pues, Mars Attacks! es una película con ese sabor viejuno que muchos recuerdan con una sonrisa de cuando eran niños, pero que puede parecer hoy en día una cutrez sin vergüenza; pero debemos ver más allá de las apariencias, ya que tenemos una pequeña y macabra joya, rebosante de humor negro y muy entretenida. Dadle una oportunidad y recordad que no estamos solos ;)

Esta versión me la encontré anoche por casualidad en Spotify buscando la canción original, que aparece en El Gran Lebowski, una de las mejores películas de los hermanos Coen. I Just Dropped In (To See What Condition My Condition Was In), que así se llama el tema, aparece en una escena de esas que dejan huella, en un cuelgue de El Nota que termina en comisaría. Os dejo con la escena para que lo comprobéis por vosotros mismos:


 

La versión, al contrario que en otras ocasiones, no me parece especialmente destacable, y la pongo aquí sobre todo por la anécdota y lo sorprendente que es ver a Children of Bodom versionando este clásico de Kenny Rogers:

Ayer, mirando mi twitter me quedé de piedra al leer la noticia de que John Barry, el genio detrás de algunas de las bandas sonoras más importantes del cine, había muerto de un infarto. 77 años truncados por un corazón que no pudo seguir el ritmo de la mente de este hombre, uno de los grandes compositores del cine. Y me toca de cerca porque parte de mi infancia lleva su música, gracias a una partitura que le dió uno de sus 5 Oscar, con la que he jugado y bailado de pequeña pequeña y de la que al escucharla me llegan muy buenos recuerdos. Algún día contaré la historia de las 3 BSO’s, pero en otro momento.

Hoy quiero rendirle un homenaje al maestro que le dió una seña de identidad a James Bond, y sólo puedo hacerlo con su música, sus 5 merecidas estatuillas que son y serán parte de la Historia (con mayúsculas) del cine del siglo XX.

1966 – Nacida Libre (Born Free)
Dos estatuillas, la de mejor canción y mejor banda sonora, avalan esta emotiva historia.


1968 – El León en Invierno (The Lion in Winter)

1985 – Memorias de África (Out of Africa)

1990 – Bailando con Lobos (Dances with Wolves)

Hasta siempre, maestro.

Hoy se estrena en nuestro país Monsters, una película que narra los problemas de dos estadounidenses intentando salir de una zona de contención de alienígenas en Nuevo México. En principio la película pinta bien, pero me hace plantearme, ¿estamos agotando al cine de aliens?.

Me explico: Desde siempre, las invasiones extraterrestres y avatares de éstos en nuestro planeta a modo de exploradores extraviados han sido un tema muy explotado. Desde Ultimátum a la Tierra (que es la más antigua que logro recordar), hemos sido invadidos y explorados innumerables veces y desde todos los puntos de vista posibles; como ejemplos famosos nombraré E.T., Independence Day, Alien y Men in Black, 4 cintas de géneros completamente distintos (aventura, acción, terror y comedia). Los avances en técnicas digitales y efectos especiales han hecho posible además, que la barrera de la realidad prácticamente desaparezca; hoy en día, con algo de dinero puedes conseguir que cualquier criatura sea medianamente creíble por CGI, y eso ha desembocado en muchas películas con extraterrestres. Y en mi humilde opinión, puede que este ‘boom‘ perjudique seriamente al cine de ciencia ficción, uno de los pocos géneros que no está cayendo en remakes estos días en los que los guionistas con historias originales pasan del cine y prefieren la televisión.

Es la ley del mercado, si un producto es caro, se fabrica poco y lo que sale, tiene calidad; pero en el momento en que se automatiza un proceso o resulta barato de hacer, salen unidades como churros y eso repercute en la calidad. Obviamente siempre habrá cintas que sigan teniendo buena calidad, pero hoy día nos anuncian morralla cada dos por tres. Por ejemplo: En menos de un año, tenemos 3 películas sobre invasiones, ya sea voluntaria o involuntariamente como Skyline, Monsters e Campo de Batalla: Los Ángeles (de próximo estreno), aunque la segunda la metería en el grupo de películas como Monstruoso (Cloverfield). La primera fue una de esas películas que vas a ver con ganas de ver efectos y una historia en plan ‘nosotros siempre ganamos’. Una americanada, para que nos entendamos. Y es justo lo contrario, lo cual no es malo, sino el mayor punto a su favor. Pero ahí acaban los cumplidos, pues aunque los efectos eran impresionantes, el argumento tiene agujeros por todas partes, prácticamente no tiene desarrollo la película, todo es planteamiento de la situación, y cuando por fin empieza a haber algo de chicha en la historia….fin. Se acaba y tu te quedas con cara de tonto porque podría haberse sacado algo interesante desarrollando el guión. El resultado es que a la gente no le gusta. Los efectos especiales no compensan la falta de guión; pero si 2012 tiene más historia, ¡y eso es decir mucho! Eso por no hablar de la sospechosa semejanza de los aliens a los cerebros de Futurama.

Monsters, en cambio, tiene más pinta de ser la típica película en la que los seres de otro planeta son sólo la excusa para desarrollar la relación entre los dos protagonistas, una película sobre miserias, pobreza, relaciones humanas….y monstruos de otro planeta de fondo. Tendrá efectos, puede que buenos, pero van a ser pocos y bien entrada la peli, para que no te distraigas del tema principal. Aún así la veré, es lo que tiene ser incondicional de este tipo de cine, pero sabiendo lo que hay. El problema, de nuevo, es el gran público, que como les venden aliens y gente perdida, quieren ver aliens y gente perdida. En general la gente reacciona mal a las sorpresas respecto al trailer, les gusta ver lo que venden y nada más, aunque realmente da igual lo que hagas y cómo lo hagas, a alguien no le va a gustar; pero esa es otra historia de la hablaremos otro día.

Volviendo al tema, no le auguro yo mucho éxito, porque ese tipo de historias, a no ser que haya muchos bichos o alguna cosa que mole, como acción, persecuciones y cosas así, no suelen funcionar.

Y vamos con el que, a priori, es la película más fuerte de las tres: Campo de Batalla: Los Ángeles. Tenemos, de nuevo, una historia de invasión extraterrestre y tal, como en Skyline, pero en el trailer te dejan bastante clarito que va a haber historias personales de varios protagonistas, con lo que tenemos ese factor humano dramón que tanto nos gusta, al estilo de Independence Day. Esperemos que no quede en algo de ese estilo, americanada total, porque para mí sería un FAIL muy grande; yo quiero algo de originalidad, innovación….ya veremos qué ocurre. En marzo concretamente.

Todo lo que he dicho no quiere decir que no me guste el hecho de que haya muchas películas de aliens con efectos conseguidos, al contrario. Pero resulta más difícil encontrar algo de calidad u original como Distrito 9. De hecho, sin los avances en efectos digitales, no podrían haberse llevado a la gran pantalla historias como la de La Niebla, realmente magnífica. Sólo pongo un ‘pero’ motivado por mi afición.

No puedo terminar esta entrada sin hablar de una cinta que espero con ganas: Paul. La historia es típica, pero el hecho de que Simon Pegg y Nick Frost lo convierte en una obligación para una fan de Zombies Party y Arma Fatal. Os dejo el trailer para los que no conozcan a este peculiar extraterrestre ;)

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Los que seguís mis andanzas peliculeras por blog tal vez os acordéis de aquella primera entrada en la que hablaba de esta misma película. Mi opinión en esos años estaba fundamentada en oídas de conocidos e imágenes en programas de cine; no fuí capaz de verla porque como buena purista shakespiriana el ver a un negro con rastas y una pipa hablando en verso y con teatralidad me aberré mucho. Sin embargo, visto que Baz Luhrmann después ha dirigido dos películas que me gustaron bastante, cuando llegaron dos amigos míos con la superedición en Blu-Ray para verla no pude negarme.

No voy a negar que me sigue chocando que los Montesco y los Capuleto sean mafiosos de aspecto barriobajero y gatillo fácil, pero realmente la esencia de la obra se mantiene, que en el fondo es lo importante. La historia de amor de dos jóvenes de familias rivales que con sus muertes hacen ver lo inútil de su lucha y la desgracia que estaban llevando a todos, llevado a un mundo moderno, debía encuadrarse dentro del mundo de la mafia, ya que en los tiempos que corren son los únicos que siguen blandiendo el honor y la sangre como estandarte en sus venganzas. Los cabezas de familia mantienen las formas frente al público mientras sus vástagos y familiares derraman la sangre del enemigo en cualquier lugar.

Leonardo diCaprio no me gustaba nada entonces, puede que porque se había convertido en ídolo de las nenas y nunca he comulgado con eso de seguir a la masa enfervorecida; más bien yo me iba corriendo en dirección contraria. Pero con los años este actor ha dejado de ser un niño eterno y se ha ganado mi respeto con películas como Infiltrados, El Aviador, Shutter Island u Origen. Echando la vista atrás hacia Romeo y Julieta, el chaval actúa muy bien, acorde con el enamorado y torturado Romeo, que no puede amar a su Julieta sin pasar por encima de su familia, loco tras descubrir el amor por abandonar la violencia, vivir tranquilo con su amada y puede que reconciliar a las dos familias, ¿por qué no?

Del resto del reparto (con actorazos) tengo que destacar al enorme John Leguizamo y su estiloso y torero Tibaldo, y a un Harold Perrineau desatado interpretando al siempre carismático Mercuccio. El primero es un actorazo de esos que animan cualquier película mediocre en la que actúen, condenado a ser siempre un secundario carismático y con talento poco aprovechado. Aquí construye un personaje realmente teatral en sus movimientos y su forma de actuar, con un aire de rebelde sesentero a lo John Travolta en Grease mezclado con mariachi mejicano. Perrineau, nuestro Michael en la serie Perdidos, ha sido mi sorpresa, el negro con rastas que recita pipa en mano. Un poco locaza quizá (debido en parte a su disfraz en parte de sus intervenciones), pero siempre cachondo y amigo de Romeo.

En resumen, la peli no está mal. Será recordada por ser posiblemente la adaptación más rara de una obra de Shakespeare, pero la esencia de esta historia universal permanece, como ya he dicho, y aunque lo escribas con letras doradas, el mensaje no cambia: el amor puede ser la mayor bendición o la más terrible de las maldiciones.

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Viendo por enésima vez esta película(en este ocasión en Cuatro), me doy cuenta de lo mucho que me sigue gustando a pesar de que como adaptación deja mucho que desear, y que me sigo sabiendo casi todos los diálogos de memoria. Recuerdo perfectamente que un día de Noviembre al salir de karate, con 12 añitos, mi padre me dijo que fuéramos al estreno, y que me quedé sin habla. Salí alucinada y apenas pude dormir esa noche. Y es que la revolución que supuso este film es innegable; no sólo por los animatronics de gran realismo que realizaron para el mismo, sino porque fue la película (junto a Terminator 2: El Juicio Final) que le dió el impulso definitivo a la utilización de los efectos visuales por ordenador en el cine, cosa que en cierta medida agradecemos los seguidores de la fantasía y la ciencia ficción, ya que gracias a estos avances, la Tierra Media y Narnia(por ejemplo) han vuelto a la vida con toda la fidelidad que se merecen.

Si me preguntan con qué me quedaría de la película, sería con las frases lapidarias de Ian Malcolm, el matemático (interpretado por Jeff Goldblum), y con la explicación de la evolición suya y que termina la doctora Sandler de una manera muy particular:

- Dios crea a los dinosaurios. Dios destruye a los dinosaurios. Dios crea al hombre. El hombre destruye a Dios. El hombre crea a los dinosaurios.
- Los dinosaurios se…comen al hombre. La mujer hereda la Tierra.

Y os dejo el primer trailer en el que apareció montaje de la película, para que veáis cómo se puede despertar la espectación sin mostrar prácticamente nada, porque apenas ves un dinosaurio. Se lo montó bien el señor Spielberg.

Puede que alguien se haya encontrado con el trailer de ésta película que se estrenó la semana pasada si no me falla la memoria. El argumento es sencillo: la división de crímenes informáticos del FBI descubre a un asesino que muestra imágenes y vídeos de torturas en una web, y cuantas más visitas tenga dicha web antes morirán sus víctimas. El componente internetero me pareció hasta original, al menos hasta que después de cenar esta noche me dispuse a ver un capítulo de una de las series que sigo actualmente, Millennium. Ésta es una serie relativamente antigua (1998) y viene de la mano de Chris Carter, creador del hito televisivo Expediente X. Básicamente la serie trata sobre Frank Black, un ex-agente del FBI que trabaja como consultor de la policía dentro del llamado grupo Millennium. A ellos se recurre en casos especiales, cuando las autoridades de encuentran ante una situación difícil. No voy a extenderme porque merece una entrada aparte, en un futuro no muy lejano.

¿Y por qué les cuento yo ésta parrafada? ¿Qué tendrán en común la serie y la película? Pues tienen en común el capítulo que he visionado esta noche, “El Mikado”. Voy a contarles el argumento por encima: Unos chicos descubren, en su busca por webs porno, una página en la que se muestran imágenes estáticas de una chica atada a una silla. Hay un contador de visitas y un número pintado en la pared justo detrás de la joven; cuando el contador coincide con el número a espaldas de la víctima, el asesino la mata para asombro de los chavales. Frank y su equipo deberán trabajar para atrapar a ese maníaco.

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Millennium 2x13 screencap 02
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¿Les suena de algo? A mí sí, y mucho. Lo gracioso es que este argumento se explotara hace ya 10 años, que se dice pronto, y denota la falta de originalidad en los guiones que se elaboran demasiadas veces ya en Hollywood. Supongo que la película transcurrirá de la siguiente forma: la agente protagonista se implica mucho en el caso, el asesino se percata de ello y juega con ella, haciéndo al final que sea su próxima víctima; pero el otro prota conseguirá salvarla a tiempo y coger al malo. Pues lo de que el juego del gato y el ratón se invierte también ocurre en el susodicho capítulo de Millennium.

Vivir para ver…

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