Cada vez son más las películas que te la juegan con los trailers que nos hacen comer en los previos del cine, el secretismo a la hora de dar avances en las producciones hollywoodienses se extiende como un cancer y está llegando un punto en el que ya no sabes lo que vas a encontrarte cuando vas al cine. Si no sabéis de lo que estoy hablando sólo tenéis que ver los trailers de las películas de M. Night Shyamalan, que te engañan como a un chino y que en mi opinión es parte de las razones por las que este director se ha ganado enemigos. Pero ese es otro tema.

El libro de Eli es otro buen ejemplo de cómo hacer que las masas vayan a ver una película que, a priori, muchos ni nos plantearíamos visionar. Pero antes de meternos en el meollo veamos el trailer:

Seguro que aquí El Listo Que Todo Lo Sabe© me dirá que esto es sólo un teaser, un adelanto, y que salieron más trailers en los que se ve de qué va; pero en mi caso, que vivo en una ciudaducha de tres al cuarto con un cine un poco caca en ciertos aspectos, esto es lo único que ví, y no una ni dos veces. Así pues, visto el adelanto visual, la peli pinta que te cagas: Denzel Washington y Gary Oldman en un filme apocalíptico tipo La Carretera, pero con más hostias. Genial.

Pues no.

Esta película se parece a La Carretera lo mismo que un higo a una castaña. Aquí nos cuenta cómo Eli (un Denzel Washington un poco soso y carapalo) es un caminante que porta la salvación de la Humanidad en un futuro devastado por una guerra, un libro. Pero ese libro es codiciado por muchos, entre ellos Carnegie (interpretado cómo no por Gary Oldman, magnífico como siempre en los papeles de villano), el cacique jefe de un grupo de matones, que quieren el libro para obtener poder. El problema y jugarreta de esta película es que el susodicho libro es La Biblia (no es spoiler, en el trailer definitivo se ve claramente). ¿Y por qué es un problema? Pues porque al adentrarnos en el terreno místico/religioso la cosa puede desagradar a la gente.

Sin embargo, en mi caso (engañada como una quinceañera igual que muchos), esta desilusión y desazón se convirtió en un interés creciente según se desarrolla la película, que tiene un par de giros interesantes y que plantea la necesidad de creer en algo en situaciones adversas como la única forma de seguir adelante, y aún siendo atea reconozco la verdad del planteamiento. La fe te da fuerzas para luchar, mueve masas, y tenemos cientos de pruebas de ello (no siempre buenas): las cruzadas, la Jihad, la estulticia estadounidense contra el MAL….el hombre es capaz de lo mejor y lo peor en nombre de algo que, aunque no existiera, significa la promesa de algo mejor. Cómo algo tan abstracto puede ser tangible para la gente que no tiene nada es el Poder y la Salvación, depende de quién lo mire, y ahí reside el interés de este filme. Sin ser realmente gran cosa, resulta entretenida, y puede ser una experiencia interesante. Y Denzel Washington dando machetazos siempre es un motivo más.

En definitiva, no es una gran película, pero si lo que pretendían los hermanos Hughes (que dirigieron Desde el Infierno y van a dirigir la adaptación de Akira OMG!) era una discusión entre fe y razón, creencias y pruebas, a juzgar por la conversación que siguió después de la proyección entre mi grupo, lo han conseguido.

PD: Por si no le ha quedado claro a alguien, la peli es ni fu ni fa, entretenida, pero bastante del montón. Y he puestos ejemplos sobre los actos humanos movidos por la fé negativos porque es lo primero que se me pasa por la cabeza cuando pienso en ello, lo siento.

Un comentario para “El libro de Eli”

  • Thomas:

    Hmmmm… tenía ganas de verla, sobre todo por las fotos de Oldman que había visto en la Imágenes. No es que SÓLO sirva para hacer de cabronazo histriónico y pasado de vueltas, pero es la faceta suya que más me gusta, y hacía tiempo desde la última vez.

    Ahora ya no lo tengo tan claro, esta ya es la segunda reseña "ni fu ni fa" que me encuentro. Dependerá de lo que me aburra esta semana santa, supongo.

    Sobre el tema Biblia, yo creo que lo que pretendían los Hughes era provocar una bonita polémica en los medios, tipo Instinto Básico, que se tradujese en publicidad viral y una taquilla más abultada.

    BTW, buen viaje a Japón y que no decaiga el regreso bloguero!

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