¿SUEÑAN LOS PERROS CON OVEJAS ELÉCTRICAS?

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En Diciembre, aprovechando que en la Academia de Cine la proyectaban, pude sacarme la espinita de ver Los Cronocrímenes, película española que, por avatares de la vida (básicamente no la trajeron a los cines de mi ciudad) me quedé sin ver. Y sólo puedo decir que no todo está perdido en el cine español, Nacho Vigalondo ha conseguido una cinta original, impresionante y que demuestra que se puede hacer cine de ciencia ficción con marca española.

Una tarde, curioseando por sus prismáticos, Héctor descubre a una chica semidesnuda en un bosque cercano. Al acercarse a curiosear, un hombre envuelto en vendas rosas le ataca, obligándole a huir en una espiral que le cambiará por completo. Con un planteamiento sencillo, Vigalondo consigue dar un triple salto mortal en el mundo de los viajes temporales sin descalabrarse y seguir como si tal cosa. El secreto está en un buen guión, un montaje al milímetro y un actor que pueda llevar todo el peso. Karra Elejalde es el protagonista absoluto de Los Cronocrímenes, y su actuación merece un aplauso; él es la película y su personaje, Héctor, lleva todo el ritmo de la historia a sus espaldas.

Como no puedo decir mucho más de la película sin desvelar la trama y destripar partes de ella, sólo me queda recomendaros esta cinta. Muchos de los que renegamos del cine español lo hacemos por falta de historias actuales y que busquen el entretenimiento sin más; Los Cronocrímenes tiene un punto de vista muy de videojuego y una historia que seguro que os encantará a los que, como yo, buscáis ese cine patrio del nuevo siglo, despegado de la Guerra Civil y la crítica social.

PD: Pronto podremos ver un remake ‘made in USA’ de esta película, así que estad atentos.

Las distopías siempre han sido una buena fuente de historias con futuros alternativos de lo más variopinto, y ahora tenemos en nuestras pantallas In Time, que nos muestra un mundo en el que el tiempo es la vida, literalmente. Protagonizada por Justin Timberlake, es una cinta interesante que no despliega todas sus posibilidades.

En un mundo donde el tiempo es moneda de cambio y todos viven con una continua cuenta atrás que marca sus vidas, Will Salas conocerá a alguien con cientos de años que, harto de vivir, le concede todo el tiempo que le queda. Ésto y descubrir la verdad del sistema de adjudicación de tiempo iniciará una cadena de acontecimientos que hará temblar los cimientos del sistema establecido. La verdad es que la historia es interesante, sobre todo por esa equivalencia que se hace del tiempo con el dinero de nuestro mundo, estableciendo paralelismos que pueden dan escalofríos bajo la afirmación que se hace en la película de que “para que unos pocos vivan eternamente, muchos deben morir”. Sin embargo hay huecos en la historia y el mundo alrededor del que se desarrolla todo que hacen que te pierdas un poco, como qué son las zonas horarias y algunos aspectos sobre la policía del tiempo. Para compensar eso y bajones argumentales tenemos en cambio a un reparto de buenos actores, empezando por el artista Justin Timberlake, que sorprende cada vez que aparece en la gran pantalla. Acompañándole tenemos a Amanda Seyfried y a Cillian Murphy, que consigue que deje de darme repelús su cara de muñeco con un personaje bastante interesante. Destacaré la banda sonora, de Craig Armstrong, al que sólo conocía por la partitura de Moulin Rouge y que no está nada mal.

En definitiva, In Time, sin ser la película del año, es entretenida, aunque los fallos de guión a veces te dejan un poco con cara de mono, y en los actores ayudan a sostenerla y la convierten en algo más pasable. Si te gusta la ciencia ficción y los mundos alternativos es posible que te guste.

El género de invasiones alienígenas, uno muy trillado en los últimos años, da una vuelta de tuerca con Attack the Block, una película británica de los creadores de Zombies Party. Después de sus buenos resultados en el festival de Sitges, donde obtuvo 4 galardones, se estrena dispuesta a hacernos pasar un buen rato con un largo muy gamberro.

Todo lo que veremos de los aliens de la película son sus dientes

En un suburbio de Londres, Moses y su pandilla se dedican a cometer delitos menores. Pero un encuentro con una extraña criatura los involucrará en una invasión del espacio exterior que pondrá a prueba sus principios, sus habilidades y su forma de ver el mundo. Estamos cansados de ver invasiones alienígenas, las hemos visto a gran escala, en pequeños pueblos, por tierra, mar y aire. Pero tenían siempre una constate, los protagonistas: gente de clase media con sus problemas típicos que buscaban conectar con el espectador. Eran tan típicos que no resultaban creíbles, y con los cambios sociopolíticos en los que estamos inmersos estos últimos años casi quedaban fuera de lugar esas familias hogareñas, unidas y en las que siempre los problemas se solucionan al final de la película. Aquí tenemos un barrio suburbial y chavales que lejos de ser rebeldes de una familia “media”, son unos abandonados por el sistema, delincuentes y pertenecientes a familias desestructuradas de las de verdad. Algo que por desgracia cada vez es más común y le da un nuevo aire de “credibilidad”(dentro de lo creíble que resulta que vengan extraterrestres a nuestro planeta).

El humor de Attack the Block es muy de la calle, gamberro y negro, y con ese punto que sólo los británicos pueden darle. Podríamos encuadrarla dentro de la serie B, un subgénero que creo que no es apreciado lo suficiente y en el que existen títulos de buena calidad, como este mismo. El guión sigue una línea básica de todo este tipo de películas, pero no por ello aburre, a pesar de que algunos puntos importantes son predecibles. Destacar en cuanto a los actores (desconocidos todos los jóvenes para mí) el pequeño papel de Nick Frost, lástima que Simon Pegg no hiciera un cameo. Por último comentaré algo sobre los extraterrestres de dientes fluorescentes, originales como pocos y lejos de los hombrecillos verdes y los seres con tentáculos o aspecto de Insectores.

Estamos ante una película que posiblemente no les guste nada más que a los amantes del género de aliens y a los incondicionales de Zombies Party. Un soplo de aire fresco que rompe muchos estándares del género y que entretiene haciéndote soltar unas buenas carcajadas. A mí me ha encantado. ¿Y a vosotros?

PD: Os dejo un simpático gif animado de Paul Robertson, el diseñador del videojuego de Scott Pilgrim, que he encontrado en la página web de Edgar Wright; para los despistados es el director de Zombies Party y Arma Fatal :)

Paul es la primera incursión en Hollywood de la pareja británica formada por Simon Pegg y Nick Frost, famosos por la genial Zombies Party y que en esta ocasión son parte de una de las comedias más irreverentes del año.

Esta es la historia de Graeme (Simon Pegg) y Clive (Nick Frost), dos frikis de la Sci-Fi que mientras atraviesan el desierto de Nevada  en una ruta turística para visitar los lugares relacionados con aliens más famosos se topan con uno de verdad, Paul, un maleducado y grosero invitado forzoso en nuestro planeta que quiere volver a casa, arrastrando ya que están a mano a nuestros alucinados protagonistas. Tenemos ante nosotros una road movie divertida, sin más pretensiones que arrancarle a su público unas carcajadas, con mucho humor corrosivo y que se mete con todo y con todos. Las relaciones de amistad masculina fuera de EEUU, los ingleses en general, la religión, la policía, los estadounidenses….nada escapa a la broma cruel que a muchos no agradará (en el tema religioso admito que se han pasado un poco), pero creo que se puede tomar con humor por muy bestia que resulte, ya que ese es parte de su encanto, decapitar tópicos. Otro punto destacable de esta comedia son los múltiples homenajes a películas de aliens y ciencia ficción que se realizan, hay que estar muy atento y ser un verdadero fan del género para no perderte ninguno, pero hay varios muy evidentes que nos harán sonreír y soltar un oportuno taco en honor al equipo. También hay un par de cameos que no te esperas, sobre todo en la versión doblada, ya que no puedes disfrutar de las voces originales, como ocurre con la voz de nuestro amiguito verde, Paul, interpretado por Seth Rogen en su versión original.

Esta comedia no pasará a la historia por su guión, pero os aseguro que si os gustan las películas con un humor tirando a bestia os lo pasaréis en grande mientras descubrís algunas verdades sobre los aliens que nos han estado ocultando de la mano de su protagonista, Paul.

Mars Attacks! es una de esas pequeñas joyas incomprendidas, odiada frecuentemente por los fans de su director Tim Burton por no tener la estética oscura y siniestra que puebla sus otras cintas, al menos aparentemente y tachada de absurda parodia y de estar “mal hecha” por muchos otros. Pero nada más lejos de la realidad.

Esta historia de una invasión marciana parece sacada de las películas de los años 50 sobre invasiones y amenazas para la humanidad que proliferaron y aterraron a toda una generación. La estética, el desarrollo y muchos de los diálogos sin duda nos pueden recordar a los clásicos de la ciencia ficción La Humanidad en Peligro o Ultimátum a la Tierra. Y es que sin duda nos encontramos ante una parodia y homenaje a este tipo de películas, símbolo de una década. La estética del filme puede no ser gótica u oscura a simple vista, pero no cabe duda de que sus personajes llevan el sello de Burton: Generales extremistas, empresarios pasados de rosca o hippies new age son parte del elenco que interviene en esta historia. Hay que destacar el reparto de Mars Attacks!, con estrellas de la talla de Jack Nicholson (por duplicado), Glenn Close, la jovencísima Natalie Portman, Annette Bening, Pierce Brosnan y unos cuantos más que me dejo en el tintero, todos ellos espléndidos, y en declaraciones de algunos de ellos, en papeles con los que disfrutaron mucho. El guión de esta película hizo que todos ellos accedieran de buena gana a participar en ella, independientemente de su caché, y es que los actores también tienen derecho a disfrutar de su trabajo. Danny Elfman hace gala de todo su repertorio de melodías con coros y muchos teremines para ambientar, en lo que ya son sus señas de identidad (por desgracia, pues ha acabado por encasillarse y autolimitarse). También son dignos de mencionarse los marcianos, realizados por la ILM, así como el resto de los efectos, que para la época estaban más que bien, en el inicio de la era digital que ahora vivimos.

Posteriormente se intentó algo parecido con Arac Attack, pero el resultado no fué tan bueno como con la cinta de Burton, en primer lugar porque los intérpretes no eran de primera línea y eso ya es menos reclamo para un público que no entiende estos homenajes al cine viejuno. Eso sí, los efectos especiales eran bastante decentes, con unas arañas por ordenador espectaculares (hablamos de 2002, ojo).

Así pues, Mars Attacks! es una película con ese sabor viejuno que muchos recuerdan con una sonrisa de cuando eran niños, pero que puede parecer hoy en día una cutrez sin vergüenza; pero debemos ver más allá de las apariencias, ya que tenemos una pequeña y macabra joya, rebosante de humor negro y muy entretenida. Dadle una oportunidad y recordad que no estamos solos

Hace un año hablaba de el nuevo trabajo de J.J. Abrams; no quise dar mis impresiones sobre todo por la poca información de la que se disponía y porque todos sabemos cómo le gusta jugar con el público al productor de Perdidos. Super 8 se estrena este viernes en nuestras pantallas y aunque mantuve mi promesa de no ver nada más relacionado para no “contaminarme” con la publicidad viral como me pasó con Monstruoso (Cloverfield), algo sí que he visto, sobre todo los últimos trailers en el cine. Y me ha encantado lo que he visto. Por eso mismo, os voy a dar 5 razones para ver Super 8:

1. J.J. Abrams. No podemos negar que de su mente pueden salir maravillas como Fringe o Alias. Tendremos una buena historia.
2. Steven Spielberg es productor, lo que suele ser garantía de que no vamos a ver un truño.
3. Protagonistas infantiles y hechos inexplicables, una combinación que desde los años 80 funciona para atraer a toda clase de público.
4. Efectos especiales. La ILM es una de las compañías encargadas de ello, y que yo sepa nunca han defraudado.
5. Ese aire ochentero que a muchos nos recuerda a las películas con las que crecimos. Películas que no trataban al espectador como a un idiota, y que atrapaban en el asiento hasta el final.

Y todos estos puntos realmente se resumen en uno: Si crecísteis con E.T. y Los Goonies entre otras muchas películas, es una cita obligatoria.

El Planeta de los Simios es una película de culto que dió una vuelta de tuerca a la distopía, un elemento ya explorado por la literatura en 1984, Un Mundo Feliz  o en la novela homónima en la que se basa. Muchos hemos conjeturado cómo pudo empezar todo, pero al final Hollywood ha decidido tomar la batuta de nuestras suposiciones y darnos una versión “oficial”. Por suerte para nosotros, no se ha tratado de un mero sacaperras y se ha intentado tener coherencia con lo que ya había, y El Origen del Planeta de los Simios ha quedado como una película entretenida, lógica y respetuosa con las anteriores.

El protagonista de la historia es César, un chimpancé con un cerebro muy desarrollado como efecto secundario de un medicamento contra el Alzheimer que se le administra. Criado como un niño, se da cuenta de que no es su mundo ni su gente, y al verse en un refugio para chimpancés, decidirá tomar su libertad por la fuerza. Debo confesar que al principio el proyecto me pareció una forma de revivir la franquicia y que no tenía futuro; no había imágenes y las pocas que empezaron a publicarse tenían un tinte tan apocalíptico que rozaba el absurdo, viendo a personas correr despavoridas por la ciudad y a los SWAT en barricadas para detenerlos. Supongo que fue por esa manía que últimamente tienen los trailers de contarte la película, pensando que la historia era nula y que iba a ser ridícula. Pues bien, me alegra decir que me he tenido que tragar mis palabras, pues lo que hemos visto es un filme sólido, con una historia bien construida y un protagonista, César el chimpancé, que tiene carisma y del que te encariñas, comprendiendo a la perfección las motivaciones de sus actos. Andy Serkis da vida (de nuevo) a una criatura infográfica de forma impecable, un ser con unas expresiones tan humanas que asustan y que nos hacen olvidar que estamos ante un chimpancé. Sin duda, merece un Oscar, puede que no tanto por este papel como por el de Gollum, pero eso es otra historia. James Franco lucha por hacerse un lugar como actor con papeles alejados del Duende Verde de Marvel, pero en esta ocasión, aunque correcto, queda ensombrecido por el simio. Mención a las apariciones de Brian Cox y Tom Felton como padre, e hijo maltratador. Parece que este chico se ha quedado encasillado como villano, sólo le faltaba la varita, caramba.

Así que si andábais recelosos como yo por esta película atrevéos y dadle una oportunidad. Efectos espectaculares, una historia interesante y con cierto matiz en contra del trato que le damos a nuestros primos simios, pero que no emborrona el filme. Os entretendrá seguro, y César os llegará dentro.

PD:  Es interesante que os quedéis a ver los créditos, ya que en cierta medida continúan un poco la historia. Y no puedo decir más sin hacer spoilers, así que ya sabéis

Dexter, True Blood, Modern Family, Perdidos, Juego de Tronos….no hay duda de que las series que televisión gozan actualmente de una edad de oro, con tramas que enganchan, personajes carismáticos y actores de nivel. Esto coincide además con un cambio de rumbo en las películas de Hollywood, que van más a por los remakes de series antiguas, comics y películas de éxito de otros países. ¿Qué está pasando? Obviamente, una serie te da oportunidad de desarrollar una historia con más detenimiento, de enriquecerla y darle profundidad, contando además con el beneplácito de las cadenas, que optan por series más oscuras, serias o comedias frescas que por el antiguo estándar.

Y la cosa aún no ha acabado. Si el cierre de Smallville tras su andadura de 10 temporadas deja un hueco grande que hay que rellenar, aparecen candidatas a luchar por él. Aquí os muestro las que más me han llamado la atención:

• Once upon a time. Los productores de Perdidos preparan una serie muy de cuento, como habréis podido ver por el título (Érase una vez). Jennifer Morrison será la protagonista de la misma, y aunque aún no se sabe muy bien el argumento, por el espectacular trailer se puede conjeturar que el mundo de los cuentos se entrelaza con el nuestro y los cuentos se hacen realidad. La serie apesta por todas partes al comic de Bill Willingham ‘Fábulas’ (editado en nuestro país), y parece ser la alternativa a la adquisición de derechos de la mencionada. Yo me mantengo a la espectativa, a ver cómo se lo montan.
• Terra Nova. El mundo se encuentra en sus últimos momentos, la humanidad está condenada….pero un grupo de personas mediante un proyecto del gobierno viaja 85 millones de años atrás. Más o menos esta es la base de lo nuevo de Spielberg, que ha decidido invertir en dinosaurios de nuevo, pero desde una nueva perspectiva. Viajes en el tiempo, acción y criaturas de otro tiempo alrededor de los protagonistas. Yo le doy mi confianza a Spielberg, ¿y vosotros?
• Falling Skies. Seguimos con el tito Spielberg, que en su nueva faceta de productor televisivo ha apoyado esta historia de extraterrestres, otro terreno conocido por el galardonado director. Esta historia nos sitúa 6 meses después de una invasión alienígena brutal, que ha dejado a la humanidad diezmada y nuestras ciudades arrasadas. Comandos de humanos sobreviven y luchan contra los invasores en una guerra de guerrillas sin cuartel. Después de la decepcionante ‘Skyline’ y de ‘Batalla: Los Ángeles’ (con la que veo parecidos a priori), podemos estar ante un desarrollo interesante, el “después” de una invasión, lo que nunca nos cuentan.
• Alcatraz. La prisión más famosa del mundo, cerró sus puertas en 1963, pero sus huéspedes desaparecieron de un plumazo sin dejar rastro. 50 años después, un periodista descubre que uno de ellos ha regresado, con la misma apariencia de entonces, y comienza a investigar. Intrigas, experimentos, y muchos interrogantes. Al más puro estilo ‘Perdidos’, J.J.Abrahams produce este thriller sobrenatural que hará las delicias de los seguidores del vuelo 815 de Oceanic. Esperemos que no se pierdan por el camino enrevesándolo todo como con ‘Lost’.

Sin duda son títulos diferentes y que enfocan el futuro de las series de televisión en una clara dirección: La ciencia ficción. Sólo queda ver si el público respalda estas apuestas.

El cine de vampiros es uno de los más prolíficos en estos últimos años, los chupasangres están de moda y hemos podido ver mil y una versiones y variaciones del mito antiguo y el personaje creado por Bram Stoker, desde delicados reflectores solares hasta animales movidos por el instinto de la sangre. Pero todos al final se reducen a lo mismo.

Y de lo mismo de siempre es de lo que habla ‘Priest, el Sicario de Dios’, film basado en un manwa (comic) coreano del mismo nombre y editado en nuestro país. No lo he leído y por eso no haré una comparativa, aunque por lo que me han dicho amigos que sí la tienen no hay mucha coincidencia con la obra base más allá de la ambientación.

La película mezcla un mundo futuro en el que la humanidad se refugia en enormes ciudades amuralladas controladas por el clero para defenderse de los vampiros. En su lucha contra estos seres, los humanos nos hemos cargado el planeta y todo son desiertos de tierra cuarteada y pueblecitos al más puro estilo western fuera de las ciudades. En estas sociedades masificadas, los sacerdotes, pieza clave en la lucha de los vampiros, viven retirados del servicio y rechazados por todos ahora que se ha vencido al enemigo. ¿Pero lo hemos vencido de verdad?

Aquí nuestros queridos chupasangres son bestias ultrarrápidas sin ojos que se guían por un instinto ciego (jeje) , y nuestro villano, aquel que pretende inclinar la balanza a favor de la sangre es toda una novedad, lo nunca visto, ¡un vampiro humano! Novedad mundial, señores, camina a la luz del día y piensa, la perdición de la humanidad interpretada por un Karl Urban que no atina con los papeles que le han ofrecido tras la saga de ‘El Señor de los Anillos’ (con alguna honrosa excepción), dibuja un malvado muy Disney, con motivaciones absurdas contra nuestro protagonista y sin sentido. En el otro lado tenemos a Paul Bettany en un papel de carapalo de los suyos, otro actor que parece que acepte lo primero que le propongan en los últimos tiempos, y mira que el hombre ha hecho cosas interesantes (era el amigo cirujano de Russel Crowe en ‘Master and Commander’), pero supongo que el dinero es el rey y hay que vivir de algo. Interpreta a un sacerdote que se rebela contra sus superiores para ir a buscar a la hija de su hermano (Stephen Moyer al otro lado del universo vampírico) que ha sido secuestrada por los chupasangres en un ataque. Un devoto cristiano que no renunciará a sus votos y cumplirá su deber como guerrero por encima de cualquier cosa. Le acompaña Hicks, sheriff y prometido de la susodicha, un papel de gallito más interesante que el que este mismo actor realizó de “tío-bueno-con-menos-frases-que-Darth-Maul” en la ridícula saga de Stephanie Meyer.

La película tiene un desarrollo casi de videojuego, con búsquedas y continuos planos generales de los protagonistas en moto atravesando las tierras baldías en busca de la chica en apuros, todo ello con muchos efectos bastante correctos. Casi toda la acción del filme se ve en los trailers salvo la “batalla final” sobre un tren que no deja de recordarme al anime japonés surrealista ‘Bobobo’ (los que lo hayan visto sabrán porqué). El final queda cojo porque parece concebido para una continuación que evidentemente no verá la luz. Es el mismo esquema que hemos visto en la anterior película del director, ‘Legión’, de nuevo con Paul Bettany de protagonista y que cuando por fin te van a contar algo interesante deciden cortar por lo sano. Es algo que se está convirtiendo en una mala costumbre en ciertas producciones de bajo presupuesto (para Hollywood, claro), y también pudimos verlo en ‘Skyline’ aunque en ese caso no es la única cosa negativa de la película. Dejar abierta la puerta por si pueden serguir estirando el chicle con una historia coja que por este motivo queda alargada y deficiente en muchos aspectos es un sinsentido que sólo contribuye a mermar la calidad del cine de fantasía futurista, que no necesita mucho para llegar más bajo; hoy en día hay que rebuscar mucho para encontrar algo decente.

En resumen, no esperéis nada de esta película, pues no es nada. Historia convencional, personajes sacados de moldes estándar y final incompleto. Lo único bueno que puedo decir es que dura apenas 90 minutos, como una peli Disney.

No me preguntéis qué hacía yo viendo esta película, siempre voy en grupo y esta semana no elegía yo, pero esa es otra historia. La que nos ocupa hoy nos la vendían como Crepúsculo pero cambiando a los vampiros gusiluz por extraterrestres linterna. Y por suerte para el público, aunque tienen similitudes ésta es, de lejos, mucho más entretenida y visible.