Ayer fuimos de visita al Museo de la Ciencia de Alcobendas, conocido también como Cosmocaixa. Es muy curioso, ya que fué el primer museo en condiciones que visité, allá cuando estaba en 8º de EGB, en una actividad que nos permitió pasar la noche en el museo y tener actividades nocturnas. En aquella época, aunque tenía muchas de las actividades y experimentos con los que cuenta actualmente, tenía una distribución muy distinta. Aún así, casi 20 años después, tenía bastantes ganas de ver qué tenía de nuevo y disfrutar de lo que había visto ya.
Lo primero que encontramos fue un péndulo grande que iba girando y tirando cilindros de metal poco a poco, al lado de la entrada, muy curioso, y en el exterior una bola de granito de dos toneladas que era movida por una corriente de agua que pasaba por debajo. Para mi sorpresa, había una exposición de ¡dinosaurios! con fósiles auténticos encontrados en el desierto de Gobi, muy interesante sobretodo para alguien como yo, que tuve una época muy fuerte con ellos cuando era ñaja. Y aunque los dinosaurios mongoles no son de los grandes (protoceratops, gallimimus, oviraptor, etc), el tarbosaurus impresiona, ¡que vivan los terópodos! Y no pensaba que los gallimimus fuesen tan grandes, aún después de haberlos visto en Parque Jurásico.
Lo siguiente fueron exposiciones sobre el clima y sus cambios, una sobre la evolución de la vida en la tierra con fósiles de todo tipo y modelos de los homínidos más significativos, y después la parte de los experimentos físicos, la más chula para los críos a mi modo de ver, ya que prácticamente todo se puede tocar porque cada explicación va acompañada de un experimento práctico que tú mismo puedes hacer. Allí pudimos comprobar dos cosas:
  1. Los críos de hoy en día no saben lo que significan las vallas y demás obstáculos cuyo objetivo es que no se toquen ciertas cosas. Había un péndulo errático sobre el que se subían las pequeñas bestias a pesar de las advertencias de los empleados. ¿Padres?¿Qué es eso?
  2. Los padres tienen nulo interés en los museos que visitan con sus hijos. La prueba nos la dió un chaval, que al observar un fluído férrico y sus propiedades mientras lo manipulábamos, le preguntó a su padre, “¿qué es eso, qué es eso, papá?”; a lo que su progenitor, en un alarde de interés, respondió, “energía, hijo, eso es energía”, y se dió la vuelta tan pancho.
Decir tiene que algunos de los monstruitos pertenecían a una señora que es la protagonista de la siguiente parte de la visita, puesto que teníamos entrada para el planetario y se sentó a mi lado. Pensábamo que iban a ponernos una película del Universo (por eso de que fuera un planetario y tal), pero en lugar de eso proyectaron un interesante minidocumental sobre los 5 reinos de seres vivos vistos a través del microscopio electrónico de barrido, con modelos 3D que nos permitían navegar entre colonias de bacterias y bosques de esporas fúngicas mientras nos explicaban las características e importancia de cada uno de ellos, todo bien explicado y muy educativo. Nuestra señora madre de niños enredas se tiró toda la película hablando supuestamente para explicarle a sus hijos lo que era lo que veían, en lugar de escuchar a la señora que hablaba y lo explicaba. Esto es normal hasta cierto punto, puesto que los críos son curiosos y lo preguntan todo. Lo que ya no es tan normal es que después de la proyección se acerque al responsable de la cabina y le diga que “la película no le parece adecuada para niños“. Señora, que usted no se haya enterado no implica que los niños también, si hubiera escuchado, quizás (sólo quizás) su opinión fuese distinta.

 

Toda una experiencia, volver a disfrutar de la física, fuera del papel, con ejemplos reales con los que lo entiendes todo. Una visita muy recomendable tanto para la mente como para el bolsillo. Y si alguno lleva críos, prestadles un poco de interés; seguro que aprendéis algo.
PD: Un péndulo errático es un péndulo que en su extremo tiene un imán. Se encuentra rodeado por más imanes (en este caso 3); al soltar el péndulo, las fuerzas de repulsión entre los imanes hacen que éste no tenga una trayectoria irregular que lo lanza de forma errática en cualquier dirección.
PPD: Un fluído férrico es un fluído que tiene la propiedad de solidificarse al ser expuesto a un campo magnético (imán).

2 comentarios para “La odisea del saber”

  • Sheldon:

    Hola! No sabía que tenías un blog y me ha gustado mucho encontrármelo. Me parece muy interesante…

    El péndulo que gira y tira cilindros de metal es un péndulo de Foucault, y nos demuestra que la tierra gira sobre sí misma y que existe la fuerza de Coriolis. Yo me quedo un poco tonto mirándolos, jaja…

    Lo de "energía, hijo, energía" me ha matado… Es increíble que haya gente en el mundo que preste tan poca atención a las cosas (incluída la educación de sus hijos), aunque lo peor, quizás, sea que al menos este señor es de los que lleva a sus hijos al museo, así que del resto ya ni hablamos…

  • Sayuri:

    Te lo dije hace tiempo, pero como nunca me acuerdo de comentar en el tuyo (memoria y vagancia malas) y no te he pasado la dirección es normal que lo hayas descubierto ahora :P

    El péndulo de Foucault molaba mucho, a Opel y a mí nos pasaba lo mismo que a tí, era hipnótico jejeje.

    Los padres llevan a sus hijos a los museos, pero piensan que es un parque de juegos y no les decían nada mientras hacían algo más que tocar. Espero que aprendan algo al menos xD

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