La última entrega del hombre murciélago realista dirigido por Christopher Nolan ha llegado por fin a nuestras pantallas. Y todos parecen afirmar que es una obra maestra, la cumbre del cine de superhéroes y de lo épico. Pero no os equivoquéis, El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace, no es ni todo lo épica ni todo lo buena que van predicando por ahí. Las comparaciones son odiosas, pero decir que supera a la anterior entrega es básicamente encumbrar a un director que se metió a guionista, y la cagó.
Que conste que me ha gustado la película, pero hay que ser objetivos y no endiosar a nadie sin motivo. Esta crítica contiene spoilers, así que si aún no la has visto, pasa al último párrafo después de este para no tener que arrancarte los ojos. ¿Y por qué digo que Nolan la ha cagado? Porque a pesar de que la historia es de David Goyer, en el guión no ha metido mano. Es el propio director y su hermano Johnatan quienes lo firman, algo que aunque también hicieron en la anterior entrega, El Caballero Oscuro, en esta no ha funcionado bien. Porque si no eres guionista, por muchas ideas que tengas, necesitas a alguien que sepa para ayudarte.
No es sólo que crea que Nolan ha metido la pata con el guión, que me parece mucho más simple y falto de ideas, con ese recurso tan típico de la bomba. Es que hay algunas conversaciones metidas con calzador para cuadrar lo que le viene bien, aunque no tenga mucho sentido. La más notoria es la que tiene el agente Blake (Joseph Gordon Levitt) con Bruce Wayne (Christian Bale) en la mansión Wayne. Que le suelte así sin más que sabe que es Batman porque él también perdió a sus padres y tienen la misma mirada y la misma sonrisa falsa es absurdo, pretencioso y sin sentido. ¿En serio no podían haber gastado 5 minutos de metraje para contar algún encuentro entre Blake y Batman cuando el primero era niño? Por poner un ejemplo muy típico pero que no te viola al intentar entenderlo. Ahora mismo no recuerdo ninguno más, supongo que recuerdo este por la importancia en la película que tiene el personaje. No me creo que un poli novato le vea la cara a Bruce Wayne y sepa su alter ego. Y si alguien se lo cree, que me lo explique.
Otra cosa a la que no termino de verle sentido es al hecho de que Bruce Wayne se quede 8 años de brazos cruzados en su mansión. Por mucho que decidiera dejar lo de ser Batman para cubrir a Harvey Dent, es un hombre de que ha quedado claro que vive con la obsesión de combatir el crimen y de que no vuelva a ocurrir lo que le pasó a sus padres. Rachel lo dejó muy claro en Batman Begins, Bruce Wayne es la máscara que Batman debe llevar; el millonario no existe, sólo existe el murciélago justiciero. Y que de repente el justiciero abandone no tiene sentido porque precisamente combatir el crimen es lo único que da sentido a la vida de Bruce Wayne. ¿Puede un yonki dejar la heroína de la noche a la mañana por otra persona? Puede, pero no sin sentir el mono. Por esa misma razón me cuesta creer que alguien obsesionado como él lo deje todo y se largue a la Toscana con Catwoman. Por mucho que entregue el testigo, terminaría por volver a las andadas, necesita su droga.
La bomba. ¿En serio no había nada mejor que poner una bomba en el guión? Creo que no hay argumento más simple que ese, el malo llega y pone una bomba y el bueno tiene que desactivarla y/o deshacerse de ella. Después de los giros, contragiros y metagiros en El Caballero Oscuro no esperaba que lo igualara, pero sí que fuera algo un poco más currado. Al fin y al cabo hablamos de Bane, un villano de Batman conocido por su inteligencia además de su fuerza, las cuales demuestra en la primera hora de película, pero que caen en saco roto cuando de repente se convierte en un simple mercenario.
Después de esta parrafada con las cosas que no me han gustado, comentaré algunas de las que me han gustado. Catwoman(Anne Hathaway) me parece la aportación más interesante de la película, una ladrona que no se alía con nadie y va a su bola, ni buena ni mala. Al margen del problema hasta que Batman la convence de que merece la pena luchar por algo. Miranda(Marion Cotillard) ni fu ni fa, conocer que Ra’s Al Ghul tenía una hija desde bastante antes me hizo sospechar de ella desde el principio, con lo que el esperado giro realmente no me emocionó. Y el inspector Blake, que si deciden continuar las películas será un soplo de aire fresco y menos torturado que Wayne en el papel de Batman. Eso sí, si no tenían intención de sacar a Robin (por las razones que sean), no le pongáis el “guiño” a los fans con el nombre del inspector, que queda un poco feo. Ya no hay hombres que se llamen Robin, es un nombre de mujer!
La simbología que la rodea me gusta mucho, aunque sea desacertada con un personaje como Batman. El renacimiento, el levantarse después de haber caído a lo más hondo, resugir como el ave fénix de sus cenizas. En este sentido, la prisión subterránea ejerce el papel del pozo de Lázaro, un elemento de los comics, pues Ra’s Al Ghul es inmortal y obtiene su poder bañándose en él. Salir de esa prisión es como revivir y al haber superado los límites del espíritu humano eso convierte a Batman en “inmortal”, al menos en su alma.
La banda sonora de Hans Zimmer es magnífica, con una cadencia constante en gran parte de ella marcando los cánticos de los presos de la prisión subterránea, un cántico que se te mete dentro y que ayuda al desarrollo de la partitura. Desde luego este compositor se ha superado, con una banda sonora oscura, potente y con su sello personal. Puede además que sea lo que consigue que no te duermas durante los momentos más aburridos de las casi 3 horazas de película.
En resumen, tenemos un buen final en general para la saga, pero con fallos argumentales con respecto sobre todo al personaje de Bruce Wayne, siendo inconsecuente con lo que había establecido en las dos entregas anteriores. Además su excesiva duración puede hacer que pierdas el interés antes de que empiece la acción. A pesar de todo, El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace no es un mal final, aunque no la obra maestra que mucha gente se empeña en que sea.
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