En navidades me recomendaron echarle un vistazo al trailer de esta película, y la verdad es que no me extrañó nada el entusiasmo con el que me lo dijeron después de verlo. Aventuras y fantasía, con efectos chulos y resultones. Entonces descubrí que, siguiendo la moda de Hollywood, Las Crónicas de Spiderwick eran una serie de libros infantiles. Con el segundo trailer me entró más curiosidad y ganas por ver con qué nos sorprendían esta vez (si es que lo conseguían), y tras haberla visto tengo que decir que han superado mis espectativas, pues con tanta mierda entre las adaptaciones que han hecho en los últimos dos años no quería esperarme mucho.
Las Crónicas de Spiderwick comienzan cuando Jared Grace y su familia se mudan a la casa de su bisabuelo, Arthur Spiderwick. En ella Jared encontrará el cuaderno de campo sobre el mundo mágico que el hombre escribió y, al hacerlo, pondrá en peligro a todos los seres sobre los que se habla en el libro, pues el ogro Mulgarath lo ansía para convertirse en la criatura más poderosa. El trabajo de los protagonistas consistirá en proteger el manuscrito de Spiderwick de las garras de éste y sus secuaces. Una historia simple y efectiva que el director Mark Waters ejecuta a la perfección, con un ritmo trepidante y que no decae, consiguiendo mantenerte en la butaca durante toda la proyección. Pero como se dice en la película, hay mucho más de lo que se ve a simple vista. La familia protagonista, rota por una separación, la relación tirante de Jared con su madre y sus explosiones de ira le dan un toque más realista, lejos de los niños perfectos y con el mundo en su contra de otros libros y filmes.
Freddy Highmore hace un estupendo doble papel como los gemelos Grace, Jared (impulsivo e irascible) y Simon (más formal y pensativo). Es difícil interpretar a dos personajes que interactúan juntos y dotarlos de personalidad propia, y este chaval lo consigue de manera convincente. Y supone un contrapunto importante a dos de sus interpretaciones anteriores, en Arthur y los Minimoys y Charlie y la fábrica de chocolate, donde sus personajes eran más inocentes y santurrones, aunque no por ello con menos encanto. En cuanto al resto del reparto, todo correcto, y con especial atención a la voz del ogro, a cargo de Nick Nolte, y de Dedalete/Thimbletack, por Martin Short; sin dejar de lado a Arthur Spiderwick, interpretado por David Strathairn.
En el apartado técnico tenemos a la ILM (Industrial Light & Magic) como encargada de los efectos visuales, junto a la compañía fundada por Phil Tippet (ahora no recuerdo el nombre). ¿Que quiénes son y qué han hecho con su vida? Pues los primeros son responsables de, por ejemplo Star Wars o el león Aslan de Las Crónicas de Narnia. Y Phil Tippet es responsable de los innovadores efectos de Parque Jurásico, por decir algo al azar. Ambas son sinónimo de un trabajo bien hecho y eso lo demuestran con creces en esta cinta, con una fiel reproducción siempre que ha sido posible de las criaturas de los libros. No sé qué opinarán los lectores, pero yo quiero un trastolillo gracias a ellos.
La banda sonora corre a cargo de James Horner, siendo una partitura sencilla y efectiva, en la que por desgracia hay un par de momentos que recuerda demasiado a la que hizo para Casper; pero quitando el ligero dèja vu que pueda tener yo, a mi, por lo menos, me gusta. No es excesivamente épica y tiene muchos temas oscuros, y es muy adecuada para el ambiente de Las Crónicas de Spiderwick.
Para terminar, les dejo con unos vídeos que he encontrado, que corresponden a tres escenas de la película. La lástima es que sólo una de ellas está en inglés, pero menos da una piedra:
- Encuentro con Cerdonio
- El ogro Mulgarath
- El túnel
También os dejo un “cómo se hizo” que está bastante curioso, y demuestra que un trabajo cuidadoso y bien hecho siempre tiene un buen resultado. Lo podéis leer pinchando este link.