‘Transformers: Dark of the Moon’ es posiblemente la película más esperada de la temporada, final de la trilogía comenzada por Michael Bay y Steven Spielberg. Los robots gigantes se despiden a lo grande en un despliegue de efectos especiales aún más impresionante que el de su predecesora, lo cual era difícil, y con unas batallas entre robots aún más salvajes que en las anteriores, lo cual parecía imposible.
Sin embargo, tantos fuegos artificiales encubren una historia cogida con pinzas. ¿De verdad nos vamos a creer que se le ha ocultado algo al Sector 7, la agencia que poseía TODA la información sobre los transformers? ¡Venga ya! Ya desde el primer teaser me mosqueaba lo que insinuaban, y la confirmación al inicio de la película no ha sido un buen comienzo. Quizá esa sea la cagada más gorda de la película, que a partir de este planteamiento se encauza bastante bien hasta aproximadamente la mitad del filme, cuando volvemos a encontrar un poco de inconsistencia en las rivalidades en las filas Decepticon y cambios de actitud y humor en algunos personajes que son dignos de un síndrome premenstrual agudo.
Hay una cosa que me resulta curiosa, y es la evolución que se ha producido en las tres películas en los protagonistas Autobots y en los objetivos de los Decepticons, o más bien en la profundización de las motivaciones de los etiquetados como “malos”. Siempre nos los muestran como unos malvados que quieren destruir nuestro planeta y blablabla, ¿pero alguien se ha parado a analizar sus porqués? En ‘La Venganza de los Caídos’, realmente lo que quieren es Energon para poder sacar adelante a las crías que pueden salvar a su raza. Cierto es que The Fallen pasaba por encima de los humanos para ello, pero puede que eliminándole a él y dejando la máquina destructora de soles se hubiese podido llegar a una solución, pero ni Optimus ni Megatrón iban a hacer eso, ¿verdad? Y luego tenemos una imagen en esta película de Megatrón en plan padrazo, ocupándose de pequeños transformers, y eso me hace plantearme si Optimus le ha dado la espalda a su pueblo y no le importa que su raza se extinga. Luego tenemos el tema de los Decepticons, que me recuerdan mucho a los Slytherin de la saga Harry Potter: Si eres Decepticon eres malo irremediablemente y mereces morir. Y que pasa con Jetfire y Willy? Eran Decepticons y se pasaron al bando contrario, porque pueden elegir. ¿Alguien les ha dado a elegir al resto? No, se los cargan y los desmembran sin piedad porque son Decepticons, una actitud extremista y limitada que representa muy bien al país que produce esta película. Sin grises, sólo blanco y negro, buenos y malos, sin lugar para la redención y el perdón.
Pero volviendo a lo que nos ocupa, a pesar de tener el guión un poco cogido con pinzas, ‘Transformers: El Lado Oscuro de la Luna’ es una película que no defraudará en general a los que la veáis, tiene acción por un tubo, muchas tuercas volando de un lado para otro y, por fin, la aparición de Shockwave, uno de los Decepticon más importantes y que se habían echado de menos en las entregas anteriores. Además he de decir que se ha respetado bastante el diseño original. Los actores humanos en su línea, John Turturro sigue siendo el mejor y pone la nota cómica, ya que Shia LaBeouf ha pasado a ser un “hero wannabe” (quiero ser un héroe) y ahora sólo es impertinente, sin gracia. Lo mejor, los dos actorazos que intervienen en papeles pequeños, al negarme a leer noticias sobre la producción me he llevado una grata sorpresa al verlos, y no os diré quiénes son para que me lo digáis vosotros
Resumiendo, acción y entretenimiento para toda la familia, una de las pocas películas en las que el 3D no molesta, pero puede que algunas cosas les chirríen a los fans de la saga. Al menos, quisiera saber vuestra opinión sobre la evolución de Sentinel Prime, ya que no sé muy bien su papel en la saga.
PD: ¿¡De verdad se puede hacer todo eso con tacones!? ¡Rosie Huntington-Whiteley tiene los pies de acero!