El pasado 31 de Octubre, Jalowin, se celebró en el Palacio de Vistalegre de Madrid el Festival Mundo Idiota, y allá que fuí con Aisack, Zumito y dos de mis cuñados, idiotas de libro todos, hoygan. El cartel pintaba bien, la mayoría de los grupos que actuaban nos gustaban a todos y eran del tipo de canciones chorras y versionear a lo loco, con lo que el buen rato estaba asegurado.

Tuvimos mala suerte a la ida y no pudimos ver al Chivi, que era el segundo de la mañana (lo siento por el primero), al menos vimos el final con “radical”, uno de los temas que nos sabíamos mientras entrábamos en la plaza de toros reconvertida en antro de vil entretenimiento pagano.

Al menos llegamos a tiempo para ver uno de los participantes esperados, Los Gandules, un dúo maño que hace versiones chorras de clásicos de ayer y hoy. Muy bueno el concierto, movieron a la gente y fue bastante peña, y sorprendentemente sonaron bien, como bien pudimos comprobar a lo largo de todo el día. Puede que lo que más nos gustara fuera que ampliaban los fragmentos de los mixes que tienen y cantaran trocitos inéditos. Ah, y las canciones de los Escafandra geniales, como siempre :D

Entre medias de cada concierto animaban el cotarro los chicos de Teatraco a las 12…..o lo intentaban, porque los pobres no hacían mucha gracia que digamos. Pero les agradecemos el esfuerzo a pesar de la desbandada en busca de bebida y servicios cuando actuaban.

Los siguentes fueron los Lendakaris Muertos. Sinceramente, el punk estatal no me llama, aporrear guitarras y tambores cantando reivindicaciones no me llama, y menos aún si no se entiende nada; pero eso no era cosa de los músicos, sino de los técnicos de sonido, que se lucieron con unas ecualizaciones pésimas que hacían que no se escuchara la voz del cantante, quedando sepultada por el bombo de la batería y las guitarras. Eso sí, el tío se fue por el público en mitad de una canción (cantando, of course) y se subió a las gradas a saludar a la peña mientras seguía el concierto, está fatal de la cabeza y nos reimos un montón. Aparte, aprovechamos para hacer cola para comer, que no queríamos perdernos la siguiente actuación.

Los Petersellers eran otros individuos que esperábamos con ganas, otro grupo con versiones en plan coña, aunque estos no iban con batín y tocaban en un sofá como los Gandules. Pudimos ver que su nuevo cantante está como una puñetera cabra, bailando muñeiras en mitad de las canciones y pareciendo una marioneta más que una persona. Y tuvimos hasta apariciones estelares, como Monigote, el anterior cantante, que parece que está recuperándose satisfactoriamente y cantó un par de canciones, una a dúo con su tarado sustituto. ¿El sonido? Al principio bien, pero los técnicos volvieron a cagarla desenchufando al parecer los monitores, con lo que los pobres no se escuchaban y como cantan a varias voces, empezaron a desafinar. Menos mal que al grito de “los petersellers no están a gusto” les llamaron la atención y después todo fue bien. Hay que decir que se llenó bastante y la gente se movió mucho, calentando también motores para otro de los fuertes.

Qué decir de Mamá Ladilla. Estuvieron magníficos y ni los técnicos de sonido pudieron joderles la actuación. A mí me pillaron en la cola de las bebidas y me perdí tres canciones, pero sólo en parte porque cuando empezó a sonar “surfing papa” la cola empezó a cantarla, todos a la vez, me emocioné y todo, ains. Hubo llenazo y la gente estaba como histérica con las canciones de su primer album, del que tocaron varias. El último aún no lo conocían bien, pero de todas formas corearon bien “jamón beibe”. Lo mejor de la actuación fue el mix entre dos mix, “mi nave mix” y “fornicio mix”, y el final interminable que no llegaba con trocitos de canciones.

El Reno Renardo me decepcionaron. Puede que fuera cosa de los técnicos, que de nuevo con la voz y las guitarras la cagaron y no se entendía nada, o puede que por ser jevis machacones que alargaron sus 5-7 canciones hasta límites insospechados me resultaron pesados, pero me aburrí un poco. Eso sí, la gente histérica perdida y saltando con Camino Moria, como es menester.

Y después llegaron El Hombre Linterna, grupo-merchandising de El Hormiguero que cantaban cartoon rock, es decir, versiones rockeras de canciones infantiles. Resulta increíble cómo la canción de Oliver y Benji, mala donde las haya, puede hacer saltar hasta a la gente que estaba apoltronada en las gradas; semos unos frikis, qué le vamos a hacer. Un incidente gracioso fué que tuvieron dificultades técnicas y tuvieron que parar unos momentos, en los cuales alguien comenzó a cantar “Jacinto Benavente” seguido por medio recinto, geniales los espontáneos.


Llegábamos al final del festival, con los dos grupos cabeza de cartel: La Excepción y Los Mojinos Escozíos.

Los primeros, sinceramente, rompieron la tónica del festival, con sus letras de crítica social; no me pegaban nada de nada con el ambiente que había reinado durante todo el día. El rap y el hiphop nunca han sido santos de mi devoción y si añadimos que los técnicos de sonido volvían a hacer de las suyas y no se entendía nada (bueno, puede que eso fuera también porque había 6 personas cantando a la vez entre los dos cantantes y el grupo de “coristas” que llevaban) tenemos un coctel mortal para mí. Aprovechamos nuevamente para hacer cola para la cena, aunque costó ya que mucha gente tuvo la misma idea que nosotros y estaban intentando cenar; pero la espera mereció la pena y con los estómagos llenos, nos dispusimos a terminar la noche con los Mojinos.

Qué decir de los Mojinos Escozíos. Que están muy idiotas. Que tenían prisa (sólo 1 hora de concierto). Que el Sevilla es un showman de lo mejorcito. Que tocan de puta madre. Y que a todo el mundo le encantan. Aplaudimos la habilidad del Sevilla para beberse una lata de cerveza de un solo trago a modo de botijo, y sus disertaciones entre canción y canción, merecedoras de una noche de alcohilismo alrededor de un barril de cerveza. Creo que es el único grupo que habiendo pagado para que toquen, no me importa que lo hagan, porque aunque se pongan a hacer el tonto, merece la pena. Puntualizar que fue el único grupo que llevó técnicos para todos los instrumentos, aparte de su propia batería, así que imaginaos cómo sonaron :)

No queda mucho que decir, sólo que me gustaría repetir al año que viene y con la cámara buena, pues la gente iba de tranqui y no peligraban bolsos ni material. Así que si el cartel mola, allí estaré.

Podéis ver todo el álbum de Zumito en su picasa pulsando aquí.

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